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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de junio de 2017.- Una colección de 900 piezas que proceden de medios acuáticos o están relacionadas con estos contextos, muchas de ellas inéditas, que van desde el periodo Pleistoceno Medio hasta la época industrial, se podrá observar en el Museo Arqueológico Subacuático Reducto San José el Alto, en Campeche,
Este sitio fue recién inscrito por la UNESCO en el Registro de Buenas Prácticas en materia de protección, conservación y difusión del Patrimonio Cultural Subacuático se informa en un comunicado.
La arqueóloga Helena Barba Meinecke, especialista de la Subdirección de Arqueología Subacuática, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y miembro del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención 2001 de la UNESCO, detalló que la colección se exhibirá en seis salas de este inmueble histórico de la ciudad de Campeche, donde el público podrá asociar las piezas con sus ambientes submarinos y generar la sensación de estar inmerso en ellos.
En la sala introductoria se explicará de manera didáctica qué es la arqueología subacuática, cómo laboran los especialistas y la relevancia de este patrimonio cultural. El recorrido continuará con un espacio relacionado con la Prehistoria en el que se recreará una cueva para que los visitantes puedan experimentar cómo vivían los primeros americanos que habitaron la península de Yucatán.
“Ahí se exhibirá una réplica de Naia, el esqueleto de la mujer más antigua encontrada en la cueva de Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo, junto con evidencia de fauna del periodo Pleistoceno (13000 A.P.)”, explicó Helena Barba.
En la tercera sala, la gente podrá sentir que está dentro de un cenote, con toda la parafernalia y los materiales que se han encontrado en estos espacios vinculados con el inframundo, así como elementos de la navegación prehispánica maya, de la que aún se sabe muy poco.
“En ella se presentará un conjunto de piezas clave, de las más antiguas recuperadas en la península, que nos hablan de cuestiones rituales y de la vida cotidiana de los mayas de diferentes estratos sociales”.
En el siguiente núcleo temático se abordará la navegación en la época del Contacto y las diferencias de los contextos arqueológicos de los siglos 16, 17 y 18, a partir de la artillería y los bienes que se han localizado en estos ámbitos.
La quinta sala albergará una colección importante conformada por 350 piezas inéditas que proceden de los últimos hallazgos en el arrecife Alacranes, por lo que Helena Barba asegura que no existe ninguna similar en México ni en el mundo.
Indicó que todo el acervo de 900 piezas se ha reunido a lo largo de más de tres décadas de trabajo en arqueología subacuática, pero la colección más numerosa procede del trabajo realizado en Campeche en los últimos 15 años. Hay cerámica, lítica, metales preciosos, gemas, restos óseos, anclas, cañones, réplicas, entre una diversidad de objetos que han permitido ir reuniendo algunas partes de un gran rompecabezas.
Comentó que desde su recuperación en campo hasta su llegada al museo, las piezas han pasado por una serie de etapas para su limpieza, desalinización, aplicación de químicos —dependiendo si proceden de un medio salino o de agua dulce o semidulce—, y tratamientos para su conservación. “Ha sido una labor de por lo menos cinco años de trabajo del área de restauración del Centro INAH Campeche”.
El proyecto museológico, cuya inauguración está prevista para finales de este año, está a cargo de la Subdirección de Arqueología Subacuática y de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH, con el apoyo económico de la Secretaría de Obras de Campeche.
Helena Barba añadió que la parte lúdica de este proyecto se ubicará en Playa Bonita y consistirá en la recreación de un pecio en el que el visitante podrá entrar al agua, bucear y “vivir un naufragio”.
Para ello, se hará la réplica de un barco sumergido del siglo 18 (de 80 metros lineales), seis cañones, cuatro anclas y la simulación de su carga. El objetivo es contar la historia de su hundimiento, muchas veces con la pérdida de vidas humanas, y cómo lo encontró el arqueólogo subacuático.