Llora, el país amado…
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril de 2019.- No, aquí no pretendemos violentar la moral del presidente mexicano. Lo cierto es que cuando exigimos que Obrador pare de mentir y respete la Constitución es porque el presidente juró respetar la Carta Magna y sus leyes.
Y es que cuando Obrador habla en las mañaneras y en el país, el que habla es el presidente de los mexicanos. Por eso, en tanto mandatario al que los mandantes llevaron al cargo de presidente, Obrador se debe conducir con verdad, honestidad y apego a la Constitución y sus leyes; como la educativa.
Sin embargo, los hechos demuestran todo lo contrario.
Todos los días el presidente miente; todos los días difama, insulta y calumnia, no sólo a periodistas y medios sino a empresarios, políticos y servidores públicos.
Lo grave es que el poder absoluto que ha concentrado el presidente lo aleja día con día de la realidad y lo muestra no como jefe de las instituciones democráticas sino como el tirano de una vulgar dictadura bananera; virreyzuelo que cree en el gesto autoritario de ¡hágase!, sin importar la ley.
Más, López Obrador convirtió en caricatura su promesa de “no mentir y no robar”. ¿Por qué? Porque todos los días miente –según distintas empresas que miden sus discursos mañaneros y la veracidad de ellos–, y por lo menos 40 por ciento de sus dichos son falsos o verdades a medias.
Y no se digan los 50 puntos que Obrador anunció contra la corrupción y que son otra caricatura de un gobierno autócrata, en el que 8 de cada diez contratos se entregan sin licitación y en el que abundan los cuates las cuotas.
Y de seguir con los números que hoy muestra su récord de mentiras, el presidente mexicano pronto será campeón mundial de la mentira, arriba del presidente Trump y del ex presidente Bush –de Estados Unidos–; dos grandes mentirosos de la historia reciente.
Y si dudan del elevado nivel de mentiras de Obrador, vale recordar que mintió cuando se enfrentó al periodista Jorge Ramos –sobre el número de muertes violentas en su gobierno–; mintió cuando habló de las estaciones de gasolina en donde supuestamente era más barato el combustible; mintió sobre el número de empleos creados en su gobierno y sobre la amenaza a periodistas.
Pero ayer, luego de las mentiras mañaneras, el presidente Obrador cometió una de las mayores violaciones constitucionales y, al mismo tiempo, formuló una de las mayores mentiras; mentira que lo confirma como dictador.
Resulta que por la vía de un memorándum Obrador desapareció los Poderes Legislativo y Judicial y promovió una de las mayores violaciones constitucionales que haya impulsado presidente alguno.
¿La mayor violación constitucional?
En efecto, el presidente “firmó un memorándum” en el que instruye a distintas dependencias federales –SEP, Segob y SHCP–, a violentar la Constitución y sus leyes –leyes educativas–, aprobadas por el Congreso.
¿Recuerdan la toma de protesta de López Obrador ante el Congreso?
Sí, prometió respetar y hacer respetar la Constitución y sus leyes. Hoy falta a ese mandato Constitucional y, por tanto, el Congreso debe exigir su destitución por “traición a la patria”, en tanto los secretarios de Estado que lleven a cabo lo propuesto por el presidente en el memorándum, deben ser llevados a juicio político.
Es decir, el presidente pasa por alto al Congreso y a la Corte –y por ello viola la Constitución–, para matar la Reforma Educativa de Peña Nieto; toda una maniobra para la cual contó con la complicidad de la mafiosa CNTE.
En realidad asistimos a un grosero montaje dictatorial en el que la CNTE fue inflexible en el Congreso, lo cual le dio a Obrador el pretexto de pasar por alto a los Poderes Legislativo y Judicial y se convirtió en virtual rey; que hace y deshace, sin contrapeso alguno.
Y, también por eso, el Congreso debe iniciar la destitución de presidente Obrador, por incitar a su gobierno a violar la Constitución; toda un “sabadazo de Semana Santa”.
Por eso las preguntas. ¿Dónde están los partidos opositores? ¿Dónde la crítica de intelectuales y opinantes; dónde los académicos y estudiosos de la democracia?
Está claro que arrancó la destrucción de la democracia mexicana y que son muchos los que por omisión, ceguera y comisión serán responsables.
Al tiempo.