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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de noviembre de 2018.- Pocos, muy pocos personajes de la política mexicana pueden ser objeto de comentarios tan positivos como los recibidos por Olga Sánchez Cordero quien el martes 27 de noviembre pidió licencia como senadora (efectiva a partir del día 29) para el día 1 de diciembre ser formalmente la primera mujer en ocupar la titularidad de la Secretaría de Gobernación.
Los pasos para llegar a este momento han sido aletargados. La primera mujer en ocupar una secretaría de estado fue Rosa Luz Alegría en 1981 en la Secretaría de Turismo, cargo en el que permaneció un año. Poco antes, Griselda Álvarez fue electa como primera Gobernadora en México (en el estado de Colima) en 1979.
Candidatas mujeres a ocupar el cargo de Presidente de México ha habido por fortuna en los más recientes procesosdes de 1982 y 1988 (Rosario Ibarra de Piedra), 1994 (Cecilia Soto y Marcela Lombardo), 2006 (Patricia Mercado), 2012 (Josefina Vázquez Mota) y 2018 (Margarita Zavala, con las características que vivimos).
Es bueno que el presidente Andrés Manuel López Obrador tenga en su equipo a alguien que concilie como Sánchez Cordero, y que incluso pueda hacerle frente, ella ha estado acostumbrada a romper estereotipos, y sabe que no se debe poner a nadie por encima de las leyes.
Su trayectoria la avala, abogada egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde también es doctora Honoris Causa. Fue ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (1995 a 2015) y en su currículum también está ser la primera mujer Notaria Pública de la capital de México.
La despedida que le dieron en el Senado de la República es sólo una muestra de su capacidad. Pocos personajes en la actual política mexicana convocan tantas coincidencias y tanto reconocimiento, los discursos escuchados en la Cámara Alta fueron en el sentido de que veían en ella una persona que construye acuerdos y que le hará bien a la administración federal.
Rescato sobre todo tres observaciones: la obvia, la de ser la primera mujer en la oficina de Bucareli, lo que representa en el tema de equidad, paridad y género para todos y todas. Lo segundo, que es un reconocimiento para los políticos con experiencia, los que tienen en su haber preparación, cultura, estructura y ganas de ayudar al país.
Y la tercera es la del prestigio al servicio de la patria. Pues Olga Sánchez Cordero bien pudo mantener su espacio en la curul sin mayores complicaciones, luciendo en un trabajolegislativo sin correr riesgos, aportando en las áreas que más le son afines y dentro de su burbuja de confort. Pero decidió dar un paso adelante y asumir una responsabilidad que conlleva ser el pararrayos de la política interna, el mercurio del termómetro de la nación, en un momento donde además los extremos y las diferencias parecen ganar terreno en el debate diario. Al menos con eso tiene el respeto y la admiración de muchos. Que sea su salida del Senado y llegada a SEGOB por el bien de México.
@rvargaspasaye
Fuente:
Sentido Común