Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de marzo de 2018.- En los escándalos que hacen algunos medios y plumíferos, grupos opositores y santones que aparecen como oscuros censuradores, se olvidan que hay plataformas electorales. Se lanzan como aves vengadoras ante un discurso que consideran fuera de tono, para reforzar su molestia ante quien lo dijo, pero raras veces profundizan. Caen muchos de ellos -algunos están dentro del control-, en la maniobra urdida desde el poder para socavar cualquier amenaza contra sus privilegios. Las plataformas electorales aprobadas por el INE, son tan laxas que cualquier cosa puede caber. Morena presentó un documento de 22 páginas y 17 puntos, el PAN de 50 páginas y 5 puntos, uno de ellos con 8 aspectos a desarrollar y el PRI de 66 páginas y 13 puntos, algunos con líneas de acción. Aparte tienen sus introducciones y epílogos. Los demás bordan sobre el mismo lienzo. Se supone que a partir del 30 de marzo cuando empiecen formalmente las campañas -lo anterior, a partir del 8 de septiembre de 2017, fueron dinero tirado, puros enredos y confusiones para la población-, los candidatos podrán abordar los temas de sus plataformas; meses perdidos en dimes y diretes. Muchas fueron campañas mediáticas desde el poder que, pagadas con nuestro dinero para golpear opositores y desalentar a la población, nos conducen finalmente para ver si hay verdadero meollo en las propuestas. Morena y el PAN insisten en erradicar la corrupción, pero el PRI, partido que la incluye permanentemente en sus proyectos, en esta ocasión se desentendió de ella. Presenta un documento muy tecnocratizado, con promesas de lanzar a México como puntero- cosa que su candidato no lo es-, del mundo y ofrece que este siglo “será de México”. El enclaustramiento de los discursos que el INE intenta crear con las plataformas, ya que se supone que involucran futuros programas de gobierno, sale sobrando cuando los candidatos caen en la provocación. Lo que hemos visto y oído no entra en ningún nivel democrático. Cualquier analista extraño se asombraría de que un país tan lleno de problemas como México, gaste casi un año de su vida en un proceso electoral lleno de sombras y confusiones y derroche casi 7 mil millones de pesos, cuando tiene a más de 60 millones de personas en la pobreza y la pobreza extremas.
Criminal utilizar once meses de derroche. El que la hace la paga
Vicente Leñero, el periodista y dramaturgo, hizo en 1976 una selección de 8 cuentos y relatos para mostrar la habilidad de 8 detectives en la literatura de ficción, de famosos escritores. El que la hace la paga (Promotora de Ediciones y Publicaciones S. A. PEPSA) fue lanzado con un tiraje de 20 mil ejemplares en una época en la que la literatura podía avasallar a los lectores y no existían las redes sociales. Por ahí desfilaron Auguste Dupín de Poe, Sherlock Holmes de Doyle, el Padre Brown de Chesterton, Hércules Poirot de Christie y el inspector Queen y Ellery su hijo de Ellery Queen, seudónimo de los escritores Dannay y Lee. Los otros tres detectives, menos famosos, pero no así sus autores, fueron los de Borges, Voltaire y Lewis. Me centraré en el de Voltaire La perra y el caballo para advertir que lo evidente no solo lo usa monsieur Dupín, sino aquel otro francés de gran talento, a quien, quizá por eso, se birla felizmente Umberto Eco en El nombre de la rosa, al utilizar sus mismas deducciones respecto a un caballo. Acabo de releer la gruesa obra del italiano y aunque al final están las referencias, no recuerdo haber visto a Voltaire en ellas. Zadig el personaje de Voltaire, quien se ha retirado a filosofar, resuelve el enigma de una perra y un caballo que han pasado cerca de él con solo ver sus huellas. Sorprendida, la autoridad lo procesa pero él logra demostrar con observaciones su deducción. Libre, deduce un crimen, pero lo vuelven a encarcelar por sospechoso. Decepcionado, llega a la conclusión de que la verdad siempre va a molestar a los poderosos. Es lo que nos está pasando en México.