Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
En estas horas de la contienda presidencial anticipada el desenlace pareciera ya definido. Si las cosas se mantuvieran en la dinámica actual habría un resultado arrollador en la elección presidencial a favor de Morena y, probablemente, en la integración de las Cámaras. Pero es difícil que las cosas mantengan esa inercia, no por el amago de Marcelo Ebrard y su eventual candidatura opositora, tampoco porque exista un escándalo o campo minado para el gobierno. Aunque mucho puede suceder y lo impensable está a la vuelta de la esquina, se prevé una elección más competida de lo que anticipan las encuestas.
Los sondeos de intención de voto confunden y, vistos con superficialidad, conducen al error. Es explicable que la atención noticiosa se centre en la competencia y nada mejor que un gráfico o unas cifras sobre la situación de las dos principales aspirantes. Sin embargo, un punto de partida lleva a conclusiones espurias, sin sustento, principalmente porque una candidata con 80% de conocimiento no se puede comparar a otra con menos de la mitad. No es posible una preferencia o rechazo a quien no se conoce. Es de elemental lógica; no son equivalentes porque son diferentes. Es evidente que con el tiempo se igualará el conocimiento y, previsiblemente, se cerrará la diferencia.
No hay claridad en la campaña de Xóchitl, si se puede decir así porque a cada referencia en ese sentido hay una respuesta enojosa de sus seguidores respecto a que las campañas no han iniciado. Sorprende tal reacción, sobre todo porque el Frente y los tres partidos opositores convocantes ya seleccionaron a quien van a postular; eludir la palabra candidata, igual que Morena con Claudia, es participar en la simulación que todos comparten y avalan, incluso el INE y el Tribunal Electoral. Para efectos prácticos, si bien deben cuidarse de los actos anticipados, ya hay candidatas y también campañas.
El Frente Amplio por México y Xóchitl necesitan ampliar el conocimiento que, en las actuales condiciones, sólo puede darse generando noticia, que los medios de comunicación convencionales y las redes sociales enfoquen su atención en lo que hacen, dicen, muestran o revelan las aspirantes. Claudia tiene ventaja como candidata del partido en el gobierno, además del protagonismo mediático del presidente. Pero, ¿qué hace la oposición para provocar atención? Lo menos que se puede decir es que ha faltado imaginación, creatividad y sentido de la comunicación, y nada tiene qué ver con que las precampañas no han iniciado formalmente. Xóchitl Gálvez debe recuperar su condición de candidata disruptiva, su historia de vida da para mucho y hacer de la agenda nacional oportunidad para impactar a la opinión pública, como lo ha hecho en su postura respecto a la brutal y atroz agresión de la organización terrorista Hamás a la población civil en territorio de Israel. Los errores del gobierno y del presidente los debe capitalizar la oposición.
Además de la dinámica de las campañas presidenciales, la decisión de MC de quién será su candidato(a) presidencial están las elecciones locales concurrentes. La elección de diputados y senadores no cobra el mismo interés que la de gobernador o su equivalente en 9 entidades y la de ayuntamientos en casi todo el país. La determinación del INE, por votarse, sobre la equidad de género significa que Morena tendría 5 candidatas y 4 candidatos, situación singular porque en la mayoría de esas entidades, con excepción de Veracruz, los hombres tienen mejores condiciones de competitividad. Bajo la misma circunstancia, la equidad de género y otras consideraciones puede modificar la competitividad en la elección de ayuntamientos.
La elección de 2018 fue atípica e irrepetible por el contexto, por el abrumador descontento con el partido en el gobierno y por el régimen político al que se asociaba a una parte de la oposición. Además, un candidato, Andrés Manuel, pudo dar expresión al rechazo a la situación existente. El descontento con quien gobierna persiste, pero mucho más acotado social y regionalmente. Ahora el partido en el poder y el gobierno que concluye no concitan el enojo de la elección presidencial pasada. Condiciones diferentes indican, por lo pronto, un peso mayor de las elecciones locales respecto al pasado, lo que indica que todo puede suceder.