Llora, el país amado…
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de mayo de 2019.- Esta semana me preguntó Enrique Rivas Cuéllar, presidente municipal de Nuevo Laredo, Tamaulipas ¿Qué es la antropología social?, por lo que considero muy oportuno compartir en este espacio editorial un caso real que viví como consultor especializado en comunicación política que determinó cambiar el discurso del candidato a gobernador para repuntar el electorado que había perdido en su primer encuentro.
¿Para qué sirve su aplicación tanto en gobernantes, como candidatos? En forma breve, revela la condición humana de un segmento poblacional que no es detectado por otras disciplinas, como la medición demoscópica en encuestas cara a cara.
Para arrancar la campaña para la gubernatura del Estado de México se consideraron muchos componentes por la compleja situación social que vivía el electorado mexiquense; adicionalmente Alfredo del Mazo Maza fue designado como candidato en la última semana de diciembre de 2016 y la elección era en junio de 2017, que en comunicación política eso es casi un salto mortal rumbo a la derrota pues el tiempo adecuado para posicionar un personaje en lo ideal son dos años, o en lo regular es un año.
Trasciende en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como los más férreos opositores de otros partidos, el peso político-económico-empresarial que tiene el municipio de Atlacomulco de Fabela por ser la supuesta cuna política de Carlos Hank González, así como tierra que gestó el supuesto grupo político más poderoso de México del cual se dictaron líneas a gobernadores y a presidentes de la República.
En otra oportunidad compartiré lo que aprendí sobre el supuesto Grupo Atlacomulco de un experimentado priista que está cercano, pero por ello refiero el “supuesto” por la falta de confirmación de la existencia de dicha agrupación, que tiene tanto parecido mítico a la “supuesta” Organización Nacional del Yunque del Partido Acción Nacional (PAN).
El arranque de campaña del Estado de México fue en Atlacomulco de Fabela. Todo estaba amarrado, la estructura política lista para mostrar músculo, el histórico electoral indicaba que seguiría siendo priista, y la minería electoral debería confirmar el triunfo del PRI.
Arribamos al sitio, Alfredo del Mazo y un servidor, que debo confesar que tenía altas mis expectativas por conocer ese tan afamado municipio mexiquense, en la que no había nada extraordinario, excepto el exceso de excremento equino que había en la planicie, un hecho que me movió a indagar su origen.
Al finalizar el magno evento mi dictamen fue “Aquí pierdes Alfredo”, algo que provocaría que los políticos se molestaran con mi comentario; tras varios días con técnicas de la antropología social se determinó que se tendría que emplear otro mensaje más idóneo para conectar con ese electorado.
Aunque la antropología social es una disciplina científica de finales del siglo 19, considerando a Bronisław Malinowski como su padre, hasta en esta última década es cuando más se está empleando en la comunicación política, para conocer mejor al ciudadano, pues aunque se centra en la dimensión social y cultural, tiene consideraciones de las dimensiones psicológicas, así como la biológica.
¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
David Dorantes es conferencista, coach y consultor en comunicación.
Tiene Premio Nacional de Periodismo, Premio Trayectoria en Comunicación por el Senado de México, es Becario del Departamento de Estado en Estados Unidos con cobertura en Washington de las elecciones de Barack Obama