Un psiquiatra en la SRE para el síndrome Ulises de migrantes
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de diciembre de 2019.- 2019 concluye en un día y no quiero dejar de responder a quienes me preguntan si estoy en contra del presidente de Juchitán. Respondo que no, él y su cabildo van de paso, estoy preocupado por el funcionamiento de este gobierno municipal, que se dice de la Cuarta Transformación, y que sigue actuando de la misma manera que los gobiernos municipales anteriores: demagogia, ineficacia y falta de transparencia.
¿Qué ha cambiado en Juchitán? Absolutamente nada: siguen gobernando los mismos caciques políticos a través de sus sirvientes en turno, y ni siquiera el discurso demagógico ha cambiado: ¡Por el bienestar del pueblo, a servir con dignidad!¡Porque las agencias también son Juchitán¡¡Vamos a marchar juntos por la reconstrucción y la esperanza!¡Somos parte de la cuarta transformación!
¿Acaso cambió la manera de gobernar del Ayuntamiento? No, sigue siendo ineficaz, porque se mueve de manera unipersonal y caprichosa, no colectiva y planeada: quien decide todo es el presidente y no el cabildo, y sus acciones son por gustos o intereses partidistas y no planificadas.
¿Cambió el uso discrecional y opaco del dinero que recibe el Ayuntamiento por ingresos municipales? No, las obras y acciones se siguen priorizando de acuerdo con intereses proselitistas; no hay transparencia en el gasto público, y la nómina municipal es un padrón secreto; se sigue usando los recursos del pueblo para fines electorales.
¿Ha cambiado la inseguridad y violencia en el municipio? No, al contrario, va en ascenso y sin visos de mejorar: la policía municipal está para resguardar la seguridad del pueblo, no para proteger al presidente y sus funcionarios. Esta incongruencia y la insuficiencia de policías y parque vehicular permite que los delincuentes roben y maten de día y de noche sin que nadie los llame a cuentas.
¿Los servicios municipales han mejorado? No, Juchitán vive entre escombros y basura, con calles destruidas y obstruidas que provocan malestares y accidentes.
Nada ha cambiado, y ni esperanza de la reconstrucción pronta de los edificios simbólicos dañados por los sismos de 2017, y de la restauración del drenaje juchiteco colapsado.
En suma, a un año de gobierno de la Cuarta Transformación, Juchitán sigue viviendo en el desastre y con las mismas prácticas políticas de siempre. Por eso afirmo, la Cuarta Transformación no ha llegado a Juchitán. Y señalo esta falta, no para agraviar a las autoridades juchitecas, sino para ubicarnos todos en la realidad y que cada uno ponga su parte de esfuerzo para hacer de nuestra casa, Juchitán, un municipio democrático, pacífico y en la ruta del bienestar. La Cuarta Transformación significa eso, democratizar el uso del poder, servir con honestidad y esmero sin distingos partidistas, luchar por una sociedad más humana y prospera.
Juchitán necesita otra política y otros valores para salir de la ruina y anarquía que nos dejaron los gobiernos municipales anteriores, urgen acciones sistemáticas y no de ocurrencias para remontar el caos; muchos seguimos esperanzados en que este cabildo joven, durante los dos años que le falta, logrará dar respuestas satisfactorias a las expectativas que produjo durante su campaña política. ¡Morena no tiene derecho a fallar al pueblo!
Víctor Terán,
Guidxiguié’ quichi’, Lulá’,
Beeu riluxe iza, 2019.