Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de octubre de 2020.- Hace meses el Fiscal General de Nayarit, Petronilo Díaz Ponce, hizo un llamado a la sociedad para que cuidáramos más a nuestros niños, niñas, y adolescentes. Ello en el marco de que en muy pocos días se habían presentado al menos 3 casos de violación a menores.
Lamentablemente de nueva cuenta en Nayarit se presenta un cruel episodio donde tiene como protagonista a una menor de 3 años de edad, quien llegó sin vida a la Cruz Roja y en su revisión presentaba indicios de golpes y de abuso sexual, ambos no sólo de ese día, sino que al parecer ya era de una conducta frecuente.
La llevó la pareja de su madre y de inmediato se convirtió en el primer sospechoso; la madre se encontraba laborando en un supermercado, era domingo, y ambos pasaron a ser los grandes acusados del juicio mediático que no tuvo piedad.
En las redes sociales se dijo de todo, ya sabemos cómo se desarrolla el debate e intercambio de ideas (sic) en ese universo donde parece que todos tenemos la obligación de opinar, unos criticando a la madre, otros diciendo que no era la culpable.
Como novela de suspenso y terror se sumó más tarde el elemento del abuelo materno, nuevo sospechoso quien además en 2014 tuvo relación con delitos de abuso sexual con menores, vaya coctel molotov para incendiar el internet.
Por desgracia, en un ambiente donde cada uno de nosotros creemos que tenemos la razón, todos salimos perdiendo cuando luego del debate, las cosas siguen igual. Porque las frases del tipo “Con los niños no”, o “Con las niñas no”, sólo tienen sentido cuando en verdad se llevan a cabo.
Y en ese contexto, y en esta realidad todos somos parte de la posible solución, pues como mencionan las autoridades mucho se puede evitar desde casa, desde el vecindario, pero en ocasiones se guarda un silencio cómplice por razones diversas.
No basta con debatir, gritar, generar hashtags o rayar paredes, cada quien tiene el derecho de expresar su pesar como le venga en gana siempre y cuando no lastime los derechos de los demás. Pero pasado eso se debe trabajar para que se evite, ahora sí y de una vez por todas, este cáncer social que es un reflejo de lo que a veces lamentablemente también somos como sociedad.
@rvargaspasaye