Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de diciembre de 2020.- Se han cumplido dos años desde que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asumió el cargo y si algo ha dejado claro en su estilo de gobernar es que su estrategia se sustenta en la comunicación política.
Y ésta su vez tiene por principal ancla las conferencias de prensa matutinas que diariamente tiene desde el Salón de la Tesorería de Palacio Nacional en el zócalo capitalino. Más de 500 desde aquel diciembre de 2018 cuando comenzó su administración.
Desde ese espacio cuya duración varía de los 40 minutos hasta las más de tres horas, intenta una comunicación directa con la gente, los medios públicos la transmiten íntegra, y varios medios privados si no en su totalidad, sí dan nota de lo más importante. En la atmósfera de internet también hay espacios donde se le da cabida por completo y en otras se subrayan algunos puntos.
El mandatario decide quién del gabinete o áreas de la vida pública lo acompaña en ese ejercicio, él se vuelve maestro de ceremonias, inicia diciendo la orden del día, además, define quiénes pueden preguntar de los reporteros o representantes de los medios de comunicación presentes, y por supuesto, decide a quién responder o a qué tema dar respuesta y a cuáles no.
En ocasiones ha repetido que tiene “otros datos”, información incluso que contrasta con la oficial del mismo gobierno, y con el mecanismo de repetición ha logrado posicionar temas que le favorecen, por ejemplo, que todos los días a las seis de la mañana se reúne con el gabinete de seguridad, pese a que los resultados hablan de que lo que se trata en dichas reuniones no son acciones muy efectivas.
También desde la tribuna más alta del país se dedica a encapsular a sus adversarios, lo hace bien, los conceptualiza y en ocasiones minimiza; no ha faltado quien argumente que de paso ha generado nuevos opositores, incluso que no es que lo critiquen a él como persona sino al gobierno, pero para AMLO el gobierno es él.
Desde el inicio si algo ha tenido claro en su estrategia de comunicación es su alcance electoral, de allí los programas sociales para los adultos mayores, los jóvenes construyendo el futuro, las acciones de vivienda. A la par de sus grandes obras: Refinería Dos Bocas, Tren Maya, Aeropuerto Santa Lucía. De la mano de sus grandes distractores: Venta del avión presidencial como buque insignia, Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado con todas las tranzas que hicieron a su anterior director renunciar para no prestarse a ilegalidades.
Por si la conferencia no fuera suficiente, AMLO los fines de semana además comparte en sus redes sociales videos para mantener viva su estructura, activa su grey, por eso no es de extrañar que a dos años siga alto en el nivel de popularidad, que la esperanza que pregona en el discurso muchos la sigan viendo y esperando, pero que es notorio también que la aprobación de la persona está por encima de los resultados, y eso no puede durar por siempre. El desgaste de gobierno y los errores en la administración tarde que temprano se verán reflejados en negativo, ya sea en la calificación o en la arena electoral.
@rvargaspasaye