La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de noviembre de 2020.- En semanas recientes quienes nos informan de las noticias, pasaron a ser protagonistas de las mismas. En una época donde el constante movimiento es la norma pareciera no ser notorio, sin embargo vale la pena hacer algunos subrayados:
Primero el caso de Carlos Loret de Mola quien fue requerido por las autoridades en relación al tema de Pío López Obrador, hermano del Presidente de México y quien saltara a la fama por aparecer en videos recibiendo fuertes cantidades de dinero de parte de David León, joven funcionario que se proyectaba para grandes posiciones en el gabinete federal y que a partir del escándalo se vio orillado a declinar y ahora se ubica en espacios alejados de los reflectores.
El segundo caso lo vimos con los compañeros periodistas en Cancún, quienes cumpliendo su labor fueron blanco de los actos excesivos de parte de las fuerzas del orden quienes sin los protocolos mínimos necesarios intentaron terminar una manifestación provocada por el rechazo por un feminicidio más en este México contemporáneo.
El tercero fue en Celaya, Guanajuato, donde un periodista a primera hora y cubriendo una nota roja fue asesinado en el lugar donde reportaba el hecho. Tanto en este como en el anterior caso, grupos de periodistas se manifestaron ante las autoridades para exigir respeto, esclarecimiento de los hechos y fincar responsabilidades si las hubiere.
Algo debe estar pasando cuando los periodistas pasan a ser la noticia, y tal vez una parte de la explicación refiere en que la época moderna ha hecho que además del medio para el cual laboran, quien reportea, en algunos casos, ahora también cuidan y promueven su propia imagen que es la que se ve en su labor.
Intento explicarme: más allá de que sea bueno o malo, comprensible o no, vemos en redes sociales que algunos periodistas comparten (a falta de otro verbo en este momento) que están en el lugar de los hechos, ya sea un accidente o un fenómeno natural, por poner ejemplos cotidianos, y se toman gráficas para dar testimonio de que efectivamente están allí, siendo parte de la noticia, no narrándola ni contándola, sino estando en ella.
Quizá la dinámica ahora empuja a que sea así, que el periodista (en el concepto más genérico) tenga que dar nota de una tormenta o ciclón, debajo de la lluvia, con problemas para sostener el micrófono, con la finalidad de que quede el testimonio de que estuvo allí. Tal vez entre en juego la credibilidad mas que el rating, pero es común ver escenas así. El símil en el periodismo deportivo se presenta cuando, por ejemplo en un juego de futbol, el comentarista en lugar de narrar las jugadas critica la formación que mandó un director técnico al terreno de juego.
Algo debe estar pasando con las noticias hoy en día que incluso los mandatarios envían buena parte de sus noticias a través de sus propios medios y canales de comunicación, para evitar que los medios de comunicación los interpreten (bien o mal), y de allí que mandatarios como Trump en Twitter y López Obrador en las conferencias mañaneras, envíen mensajes directos sin intermediarios.
A favor está en que todos los días hay noticias y que de alguna u otra forma tenemos una variedad para informarnos y enterarnos de las mismas. Lo dicho, es una época en constante movimiento.
@rvargaspasaye