Economía en sentido contrario: Banamex
En un gran ejercicio de investigación, el equipo de SPIN-Taller de comunicación política que comanda Luis Estrada ha dado seguimiento a las conferencias de prensa mañaneras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Este seguimiento sobre todo ha sido cuantitativo al señalar desde el número de conferencias que lleva, hasta la cantidad de veces que ha dicho tal palabra o qué funcionarios lo han acompañado en más ocasiones.
La metodología utilizada por el equipo ha quedado plasmada en el libro El imperio de los otros datos (Grijalbo, 2022) donde se hace un corte a la primera mitad de la administración actual, esto es de 2018 a 2021 para señalar las muchas cifras que han desfilado mañana a mañana desde la mayoría de las veces el Salón de la Tesorería en Palacio Nacional.
En tres años, corte al 30 de noviembre de 2021, se habían dado 740 conferencias de prensa de lunes a viernes solamente, si lo comparamos con mandatarios anteriores, vemos la enorme diferencia, pues con Ernesto Zedillo (1994-2000) fueron 5, con Vicente Fox (2000-2006) 40, con Felipe Calderón (2006-2012) 10, y con Enrique Peña Nieto (2012-2018) apenas 3, y repito, 740 tan solo en la primera mitad de la administración lopezobradorista.
Vale la pena compartir algunos pasajes del libro para entender mejor de lo que estamos hablando:
“El presidente acumula 67,000 afirmaciones falsas, engañosas o que no puede probar, en la primera mitad de su administración, un promedio de 90 diarias” pág. 11.
“La singularidad de las conferencias de prensa implica un manejo aislado y esporádico, sólo para emitir mensajes extraordinarios” pág. 23.
“Las conferencias de prensa son la herramienta de comunicación más poderosa, pues informa, de manera oportuna y completa, en momentos destacados y de crisis” pág. 48.
“Si se elige quiénes y qué preguntan, entonces no es una conferencia de prensa, sino una simulación, que el presidente ha llamado un diálogo circular […] La duración de las conferencias promedia un total de 108 minutos, ya que, al incio, las conferencias del primer mes de gobierno en 2018 duraron en promedio 70 minutos, en 2019 promdiaron 82 minutos, 109 minutos en 2020 y 114 minutos en 2021” pág. 60.
“El presidente, en todas las conferencias de lunes a viernes en más de dos años de gobierno, no ha mencionado nunca ‘violencia de género’, y sólo una vez ha mencionado ‘aborto’” pág. 72.
“… la carencia de evidencia o de sustento de la mayoría de las afirmaciones del presidente minimiza el impacto noticioso de las conferencias de prensa, contrario a su intención de controlar la agenda mediática o trascender en los medios de comunicación” pág. 101.
Y por supuesto, de donde surge el título de la obra: “La sobrerreacción del presidente de México en las conferencias de prensa ante las críticas de los medios de comunicación a su gobierno buscan minimizar los posibles errores (ha mencionado 61 veces que ‘tiene otros datos’)” (Estrada, 2022: 119).
Comparto una conclusión del autor: “Pareciera que la misión de las conferencias de prensa es dar de qué hablar todos los días, sin que necesariamente se imponga agenda mediática, sin que importe que las afirmaciones del presidente no se reproduzcan en los medios de comunicación al carecer de sustento. El objetivo de las conferencias de prensa es que el presidente se convierta en el centro de la conversación política, y que sea el factor más relevante que tengan en mente los ciudadanos al votar en las siguientes elecciones” (Estrada, 2022: 139).
Pero no comparto cuando señala que: “El impacto que tienen las conferencias en la población en general es reducido” (Estrada, 2022: 211), pues aunque no se vea totalemente, no se sigan diario, el presidente de México aparentemente ha logrado reconfigurar el espacio público así como marcar la agenda mediática con sus temas, y eso a veces no se debe a una estrategia, sino por contexto, temáticas, buena fortuna y otros temas que se siguen estudiando.
Referencia
Estrada (2022). El imperio de los otros datos. Tres años de falsedades y engaños desde palacio. México: Grijalbo.
@rvargaspasaye
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