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OAXACA, Oax. 9 de enero de 2017.- El cerebro no trabaja si no es alimentado, por eso, además del desayuno en casa, el refrigerio que lleve el niño a la escuela es muy importante, puesto que le proporcionará la suficiente energía para sus actividades y para aprender.
De lo contrario, tendrá sueño, cansancio, apatía, y disminuirá su participación e interés para hacer las cosas, informó el IMSS en un comunicado.
El refrigerio, que se recomienda tres horas después del desayuno, se compone idealmente de: agua, natural o de fruta, sin añadirle azúcar, para que el niño no se acostumbre a tomarlas endulzadas; una fruta o una verdura picada: como zanahoria, pepino, chayote o betabel, por ejemplo.
De acuerdo con la coordinadora de Nutrición de la Jefatura de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxaca, Rocio Espinosa Castro, el refrigerio constituye sólo el diez por ciento de los alimentos del día, por lo que deben ser ligero para evitar sobrepeso u obesidad, problemas que padece uno de cada tres niños entre uno y diez años de edad.
Aclaró que el refrigerio nunca sustituye al desayuno, el cual debe hacerse en casa, no durante el trayecto a la escuela, con tiempo suficiente, sentados y en un ambiente tranquilo. Por ejemplo, puede consistir en un poco de carne o de queso panela o un huevo, siempre con verdura; una tortilla, un vaso de leche y una fruta.
Si por causas de fuerza mayor el niño no puede desayunar, entonces se recomienda que lleve a la escuela un “lunch”, es decir, una comida más abundante, porque va a ser el primer alimento a consumir después de toda la noche y parte de la mañana.
Para ello, sugirió preparar un sándwich de pan integral, sin mayonesa; untar frijoles en una rebanada y aguacate en la otra; poner un poco de queso panela y dos hojas de lechuga o un trozo de jitomate, dijo la nutrióloga del IMSS.
Asimismo, explicó que este esquema alimenticio es para niños de primaria, de los seis a los doce años, ya que los preescolares, por lo general, toman sus alimentos en las guarderías; mientras que los adolescentes requieren cantidades y horarios diferentes, dijo Espinosa Castro y precisó, que cuando el niño aprende a comer alimentos naturales en cantidades necesarias, limpios y bien preparados, que incluyan, entre otros, verduras, frutas, cereales, leguminosas, carne sin grasa y tortilla, difícilmente va a preferir comida “chatarra”.
Pero si la mayor parte del tiempo los alimentos que se consumen en casa son: pizzas, tortas, hamburguesas, y tacos, con el infaltable refresco, si casi nunca se cocina, y las verduras y frutas se compran de vez en cuando, entonces se acostumbrará a eso, dijo Espinosa Castro.
La especialista del Seguro Social advirtió que la comida debe prepararse con poca sal y condimentos: una sopa, de preferencia de verduras; proteínas, ya sean de carne, queso, sardina, hígado; un platillo de soya o una mezcla de arroz con frijoles; verduras, una fruta o postre y un vaso con agua.