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OAXACA, Oax., 12 de octubre de 2021.- José Vasconcelos Calderón nació en Oaxaca en 1882; considerado uno de los educadores más grandes de México y ejemplo para América Latina, el 12 de octubre de 1921, asumió la titularidad de la naciente Secretaría de Educación Pública (SEP), por lo que al conmemorarse un siglo de este acontecimiento histórico, el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), reconoce y recuerda su valioso legado.
Indica un comunicado que, al respecto, el director general del IEEPO, Francisco Ángel Villarreal, invitó a estudiantes, maestras, maestros, padres, madres de familia y sociedad en general a revalorar las aportaciones más significativas del filósofo, abogado, educador y político, promotor de grandes modificaciones, creador de bibliotecas y acervos para que la literatura y el conocimiento estuvieran al alcance de todos los ciudadanos.
Fue un gran impulsor de la creación de numerosos centros educativos a nivel rural y urbano. Buscó unificar los sistemas educativos entre diferentes países latinoamericanos y México. Tenía una visión integradora de la educación que le llevaba a considerarla como el más grande derecho fundamental de las personas.
En la Secretaría de Educación Pública, que dirigió de 1921 a 1924, organizó esta dependencia en tres departamentos: Escolar, de Bellas Artes y de Bibliotecas y Archivos, asimismo impulsó la educación popular, inició el reparto de desayunos escolares y promovió la pintura mural.
De esta época datan las misiones culturales que hasta la fecha, llevan la educación a los lugares más recónditos del territorio nacional. Además, uno de los proyectos más recordados fue la impresión y difusión de textos clásicos a cargo de la secretaría, entre otros avances que cambiaron la educación del país y que consolidaron en estos cien años a la Secretaría de Educación Pública como una de las instituciones más nobles del México moderno.
Antes de su llegada a la SEP, el ilustre oaxaqueño José Vasconcelos Calderón fue nombrado en junio de 1920, por el presidente Adolfo de la Huerta, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De acuerdo a sus ideales, esta institución debía enseñar y preparar a una generación de humanistas que colaboraran con la sociedad.
Durante su paso por la Universidad, dio al Consejo Universitario la propuesta del logotipo que ostenta la UNAM hasta hoy en día, además del lema que lo ha acompañado desde entonces: “Por mi Raza Hablará el Espíritu”. Este hecho lo ha convertido en uno de los personajes con más importancia para la Universidad.