Una manera de autocuidado es nombrar lo que sentimos: Iveth Luna Flores
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de septiembre de 2016.- “Las antiguas ciudades son testimonios de la historia y el tiempo, son nuestros museos a cielo abierto”, por ello, declaró el excelentísimo embajador de la República de Guatemala en México, Arturo Romero Duarte Ortiz, el compromiso de todas las naciones hacia estos conjuntos debe enfocarse en su total conservación.
Encargado de inaugurar la Segunda Jornada de Distintas Miradas sobre las Ciudades Históricas, como parte de las actividades de la 28 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), cuyo invitado es ese país centroamericano, el diplomático enfatizó la necesidad que hoy existe para hermanar la preservación de dichas urbes con el desarrollo turístico y el beneficio económico de sus habitantes se informa en un comunicado.
Las conferencias, moderadas por el coordinador nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Arturo Balandrano, iniciaron con la participación de Olga Marina Chang y Mónica Pellecer, funcionarias de la dirección general de Patrimonio Cultural y Natural de Guatemala, quienes expusieron parte del trabajo emprendido en Antigua.
Esta ciudad de creciente demanda turística, expusieron, se fundó en 1543 para ser el epicentro de la Capitanía General de Guatemala, sin embargo, los constantes sismos, las erupciones del volcán de Fuego y las inundaciones que padecía, llevaron a su abandono hacia 1773, cuando sus poderes civiles, religiosos y militares fueron trasladados al Valle de la Ermita.
Ya en la Nueva Guatemala de la Asunción, los pobladores replicaron la traza y algunos edificios de Antigua Guatemala, como la Catedral de San José, la cual, comentó Mónica Pellecer, no fue abandonada del todo, toda vez que peregrinaciones religiosas, o más recientemente, marchas de orden político y social, continuaron llegando al Ayuntamiento y la plaza de la vieja ciudad colonial.
“En Antigua se afrontan problemáticas de conurbación, vandalismo y alteración de sus edificios con fines turísticos”, refirió Olga Marina Chang, para quien la FILAH se convirtió en una oportunidad para el intercambio de opiniones y el desarrollo de proyectos de difusión del patrimonio edificado y la sensibilización ciudadana respecto a éste.
Tras reconocer el carácter innovador de la ley guatemalteca en materia de ciudades históricas, que data de 1969, “y adelantó en casi un lustro a las primeras reglamentaciones mexicanas”, Arturo Balandrano dio paso a la presentación de los dos volúmenes más recientes de la Colección Patrimonio del INAH.
Con nueve publicaciones, “dedicadas a difundir la importancia de cada una de las 59 zonas de monumentos históricos que han sido declaradas en México por el Poder Ejecutivo federal”, esta serie editorial, dijo, es un esfuerzo conjunto de las coordinaciones nacionales de Difusión, de Monumentos Históricos y de Centros INAH.
El libro San Juan del Río, Zona de Monumentos Históricos fue presentado por Valeria Valero, especialista de la Coordinación Nacional de Monumentos Histórico del INAH, quien destacó el enfoque que los ensayos dieron a la multidisciplina y la lectura amena; esto al convocar desde historiadores y urbanistas, hasta emprendedores y jóvenes escritores.
Margarita Magaña y Neftalí Sáenz, del INAH-Querétaro y del ayuntamiento de San Juan del Río, respectivamente, indicaron que las 10 colaboraciones publicadas trazan fielmente el perfil de una localidad que, incluso, fue fundada un mes antes que la propia ciudad de Santiago de Querétaro.
Al moderar la presentación del libro Mérida. Zona de Monumentos Históricos, el director del Centro INAH Yucatán, Eduardo López Calzada, afirmó que esta publicación contribuirá a resaltar, entre los propios meridanos y los visitantes del exterior, el valor de los 639 edificios que abarca la declaratoria.
El académico de la Escuela Superior de Artes de Yucatán, Enrique Martín Briceño, y el cronista de Valladolid, Carlos Cosgaya, subrayaron que cada volumen de la Colección Patrimonio contribuye a hermanar el patrimonio tangible con el intangible; prueba de ello es un capítulo del más reciente título de la serie, dedicado a la influencia de la lengua maya en el paisaje urbano de la llamada Ciudad Blanca.