Cortinas de humo
Por años lo hemos denunciado en todos nuestros espacios de opinión; sea en prensa, radio, televisión o plataformas digitales.
Hemos dicho que la mejor escuela mexicana del repudio a periodistas críticos e independientes es “la mañanera” de López Obrador; cúspide del poder en donde el mandatario mexicano descarga todo el peso del Estado y de sus instituciones contra tal o cual crítico.
Prueba contundente y cotidiana del odio de Estado que, a su vez, se transforma en lección diaria de repudio oficial a los periodistas e informadores que indagan y revelan la estulticia, corruptelas, deficiencias y transas de la prole y la claque del presidente mexicano y de su gobierno.
Y lo hemos probado no sólo porque desde mayo de 2018 fuimos víctimas de la difamación, la calumnia y el odio de AMLO, sino porque los números son fríos y están a la vista de todo aquel que quiera verlas.
Sí, en los primeros cinco meses del 2022, en México han perdido la vida un total de nueve periodistas, lo que no sólo ratifica que vivimos en el país más violento del mundo para los informadores, sino que el gobierno de Obrador es el de mayor impunidad en la historia.
Y es que en los más de tres años de gestión de López ninguno de los casos de periodistas masacrados ha sido investigado y tampoco llevados ante la justicia los responsables.
Y el ejemplo más reciente, como todos saben, es el de Luis Enrique Ramírez, columnista de El Debate, asesinado en Culiacán, la capital de Sinaloa –gobernada por Morena– sin que hasta hoy el caso le importe a nadie, ya no se diga al presidente, quien visita dictaduras y saluda a dictadores, mientras en México son asesinados más periodistas.
Pero la tragedia alcanza niveles de exterminio si revisamos paso a paso los casos de periodistas asesinados en 2022 y nos enteramos que de los nueve ultimados, ocho de ellos se desempeñaban en entidades gobernadas por Morena, como Sinaloa, Michoacán, Zacatecas, Sonora y Baja California.
Sólo uno trabajaba en una entidad gobernada por el PRI; en Oaxaca, en donde el mandatario estatal ya entregó la plaza a Morena.
Aquí las pruebas de que asistimos a un verdadero exterminio.
1.- José Luis Gamboa Arenas fue atacado a puñaladas en el fraccionamiento Floresta, en Veracruz, el 10 de enero del 2022, cuando llegaba a su vivienda. Era director del portal “Inforegio”. El gobernador Cuitláhuac García sigue la escuela de AMLO, de satanizar a los periodistas.
2.- Margarito Esquivel Martínez fue asesinado el 17 de enero del 2022 cuando salía de su casa, en la colonia Sánchez Taboada, de Tijuana, Baja California. Se desempeñaba como fotoperiodista del semanario Zeta. La gobernadora de Baja California es la “morenista” María del Pilar Ávila es fanática de AMLO.
3.- El 23 de enero del mismo 2022, fue asesinada la periodista Lourdes Maldonado, al momento en que llegaba a su casa en el Fraccionamiento Santa Fe, de Tijuana, Baja California. Lourdes había denunciado ante Obrador que fue amenazada de muerte por el gobierno de Morena, Jaime Bonilla.
4.- El 31 de enero del 2022 fue asesinado Roberto Toledo, colaborador del portal Monitor Michoacán, cuando salía de un despacho jurídico en el que también prestaba sus servicios. A Toledo no sólo le arrebataron la vida, sino que desde Palacio, el vocero Jesús Ramírez dijo que no era periodista.
5.- El 10 de febrero del 2022, cuando llegaba a su casa en Barrio el Espinal, de Salina Cruz, Oaxaca, fue asesinado el periodista Heber López, director del portal Noticias Web. El estado de Oaxaca es gobernado por el priista Alejandro Murat, pero todos saben que es un gobierno mangoneado por Morena, desde Palacio.
6.- El 24 de febrero, en Empalme, Sonora, fue asesinado Jorge Cameo Zazueta, director del portal El Informativo, al recibir tres disparos de arma de fuego cuando realizaba rutinas en un gimnasio local. Sonora es gobernada por Alfonso Durazo, amigo de AMLO.
7.- El 9 de marzo fue asesinado el reportero Juan Carlos Muñiz, al momento de llegar a su casa, en el fraccionamiento Los Olivos, de fresnillo, Zacatecas, entidad gobernada por la familia Monreal, de Morena.
8.- Armando Linares fue asesinado el 15 de marzo del 2022, en Zitácuaro, Michoacán, al llegar a su domicilio. Era colaborador del “Portal Michoacán”, junto con Roberto Toledo, ultimado días antes.
9.- Y, como ya se dijo, apenas el pasado 6 de mayo manos criminales le quitaron la vida a Luis Enrique Ramírez, columnista del diario El Debate, de Culiacán. El estado de Sinaloa es gobernado por Rubén Rocha Moya, de Morena.
La estadística es lapidaria; todos los periodistas asesinados en el 2022 muestran un modus operandi casi idéntico y casi todos ocurrieron en gobiernos de Morena.
Es decir, queda clara la existencia de una relación de “causa y efecto” entre el repudio y el odio lanzados a diario contra los periodistas, por el propio presidente López Obrador, y la violencia creciente y cotidiana que viven reporteros columnistas, articulistas y críticos del peor gobierno que han tenido los mexicanos en la historia.
Pero tampoco ahí termina la tragedia.
Y es que la estadística de los 41 meses de gestión de AMLO revela que han sido asesinados 60 periodistas mexicanos, el mayor número en la historia de cualquier gobierno federal y toda una marca mundial que denigra a México y a su gobierno.
Pero frente a la ola criminal de periodistas en México, existe una buena noticia.
Resulta que la exitosa escuela del repudio de AMLO a los periodistas –y que copian los gobernadores de Morena–, ya fue detectada en la prensa internacional, a cuatro años de que aquí advertimos que un eventual gobierno de López Obrador sería un peligro no sólo para la libertad de expresión en México, sino para todos los periodistas.
Sí, muy tarde, apenas el pasado fin de semana, en un artículo de opinión, el corresponsal en México de The Washington Post, Diego Salazar descubrió y explicó la exitosa estrategia de López Obrador de atacar y criticar a los medios y a los periodistas.
Una estratagema rentable, gratuita y que día a día desacredita a medios y periodistas, frente al gran público, dice el corresponsal.
En efecto, tarde, pero la prensa internacional entendió que en México la mayor escuela de repudio a los periodistas está en Palacio y que el maestro que diario dicta cátedra para repudiar, difamar y calumniar a los informadores se llama López Obrador.
Al tiempo.