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Ni más ni menos
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de noviembre de 2016.- Digamos que en periodismo ‘no todo el monte es de orégano’; o mejor: juntar a periodistas y empresarios y académicos y representantes de los partidos políticos más visibles y jefes de comunicación social entrantes y salientes de Oaxaca; y presentar un libro irreverente de humor político, es un ejercicio democrático y de libertad de expresión, arriesgado pero también nutritivo e inteligente y hasta provocativo.
Ahí cada ranchero entonó su melodía y expresó en total uso de sus libertades, su versión de lo que cree o considera que es y debe ser el periodismo: responsabilidades, exigencias y hasta defensas y recriminaciones entre pares: memoria y olvido.
La viveza y la intensidad de lo periodístico ocurrió en un solo día durante el Octavo Encuentro de Periodistas de Oaxaca el 25 de noviembre, a unos días del cambio de gobierno en la entidad cuyos habitantes dejarán de padecer a uno de los ‘más peorsísimos’ gobernadores de la tierra del sol, que en el mundo han sido: Gabino Cué Monteagudo y de cara a la expectativa de qué habrá de hacer, y con quien, el gobernante que comenzará sus andanzas estatales el 1 de diciembre: Alejandro Murat, hijo del ex gobernador del mismo apellido, que ojalá no del mismo talante.
Cuando se trata al periodismo como ejercicio de responsabilidad individual y social, todos se sienten con derecho a meter la cuchara y todos dicen tener la razón, la tengan o no.
Al final de cuentas es una profesión, al mismo tiempo democrática, como de libertad. Un ejercicio indispensable para la preservación humana, sus ideas y sus ideales, su información y su criterio.
El periodista ve lo que pasa y lo que ocurre para informarlo y para interpretarlo, pero casi siempre le resulta difícil hablar de lo que hace y cómo lo hace; del periodismo y sus operarios y por qué dice todo lo que dice o publica o transmite y comunica. Hablar de las cosas de uno a veces resulta muy difícil, a riesgo de caer en el elogio en boca propia o en el oprobio.
Y ocurrió ese día. Aunque la novedad esta vez fue que se invitó a empresarios para dirimir sobre la relación entre la empresa y el periodismo: la responsabilidad de cada uno y las recomendaciones de empresarios que quieren hacer sinergias con periodistas, aunque con el predominio de los cargos, abonos y utilidades de los dueños del dinero.
Oír sus reflexiones es bueno, aunque no se esté de acuerdo en el dos más dos, y aunque uno insista e insista que la empresa tiene una gran responsabilidad social para la generación de empleos y para el pago justo de salarios provenientes del trabajo y garantías laborales y prestaciones sanas, contantes y sonantes.
La Hemeroteca del estado fue el refugio en el que se dirimieron los retablos legales para guarecer al periodista, defenderlo y defenderse. Hacer periodismo profesional y garantizar la subsistencia tanto de medios como de quienes son periodistas en tiempos revueltos, con los riesgos que esto supone para muchos que viven-trabajan y se reproducen diciendo lo que hacen los hombres del poder político y mirada superaquilina…
…Porque se habló de la relación prensa-gobierno, tan difícil, siempre tan mal interpretada y, a fin de cuentas, tan necesaria porque es responsabilidad de gobierno informar de sus hechos y son los medios los que llevan la noticia de lo bueno, lo malo y lo feo del quehacer político.
Al final de cuentas se repitió ahí una y muchas veces la frase célebre de José López Portillo: “no te pago para que me pegues”… en una inteligencia menor que quiere suponer que los dineros públicos son de su propiedad y los medios de información y comunicación tienen que decir lo que el gobierno quiere, no lo que es ni lo que se ve y se sabe.
El daño fatal de esta relación mal entendida ocurrió cuando hablaron tanto el director de Comunicación Social del gobernador saliente, Miguel Ángel Muñoz y la participación de Alfonso Martínez, quien aparece como ‘cercano al gobernador electo’ aunque ya generalizando opiniones de lo que habrá de ser la nueva etapa y ya en actitud de titular de la oficina de prensa…
A Muñoz le llovió lluvia del cielo periodístico recordándole que durante cinco años utilizara tanto su autoridad como los recursos públicos para favorecer solo a quienes supone ‘de interés para el gobierno del estado’. Un criterio al mismo dañino como peligroso para la libertad de expresión.
¿Y qué tal juntar a los representantes de comunicación social de los distintos partidos políticos que han estado en pugna en Oaxaca? Todos muy respetuosos ellos. Firmes en sus convicciones particulares y creyentes de la importancia de los medios como transmisor de propaganda política. Hubo posicionamiento de cada uno y diálogo y respuestas públicas a preguntas públicas. Bien.
Al final la presentación de un libro irreverente pero también mordaz e intenso. “¡Tomen su cambio!” con ilustraciones del artista plástico y monero BenMorín y textos provenientes de la revista política ‘En Marcha’ que así mismo fue la casa editora. Imagen y texto gracioso al tiempo que intenso y gracioso; espejo de una sociedad que se ve y se escucha en la risa y en la burla del poder político, en el sarcasmo y en el desahogo. En unas cuantas líneas lo que lleva el ciudadano en su alforja cotidiana.
Todo un festín de reflexiones y de opiniones sobre el pan nuestro de cada día: el periodismo oaxaqueño, en un ejemplo de democracia y diálogo organizado por los periodistas Cuauhtémoc Blas de ‘En Marcha’ y Guadalupe Thomas, de Quadratín Oaxaca. Ni más, ni menos.