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OAXACA, Oax. 21 de marzo de 2025.- En el marco del 219 aniversario del natalicio de Benito Juárez, resurgen fragmentos de las cartas que el presidente oaxaqueño escribió a sus hijos.
En estos documentos, que forman parte del acervo histórico, el prócer expone de manera directa su pensamiento moral y político.
Estas misivas, escritas en tiempos de guerra, muestran una voz íntima que exhorta al estudio, la honradez y el orgullo por el origen humilde.
Durante los años más difíciles de su vida pública, entre 1858 y 1867, Juárez enfrentó el exilio, la Guerra de Reforma y la invasión francesa.
Se vio obligado a dejar Oaxaca, trasladando el gobierno itinerante por distintas ciudades de México para resistir al imperio de Maximiliano.
En ese contexto, escribió a su familia desde lugares como Jalapa, Monterrey, Chihuahua y Paso del Norte, actual Ciudad Juárez.
«Procura siempre portarte bien, sé honrado y trabajador», escribió a Benito Luis, su hijo mayor. En otra carta le recordó: «No te avergüences nunca de tu origen, pues más honra te debe dar haber salido de la clase pobre, por tus méritos».
Para Juárez, la educación era una obligación moral, y el poder, una carga que debía ejercerse con principios.
Varias de estas cartas se recopilan en ediciones como Cartas de Benito Juárez a sus hijos o Cartas íntimas, disponibles en acervos del INEHRM y el Fondo de Cultura Económica.
En ellas, el estadista se presenta como padre exigente, incluso en la distancia, reiterando su deseo de formar hijos útiles a la patria.
“No quiero lujos para ustedes, sino que sean personas de bien”, escribió también. En sus Apuntes para mis hijos, dejó constancia del sacrificio personal que implicó su carrera pública:
«Si por servir a la patria he descuidado a mis hijos, espero que ellos lo comprendan algún día.»
Y añadió, con serenidad:
«Mi conciencia está tranquila porque he procurado siempre hacer el bien sin afecto ni odio hacia nadie.»
En su natalicio, estas palabras reafirman el legado de un pensamiento que apostó por la educación, la justicia y la ética como pilares del servicio público.