El episcopado ante el segundo piso de la 4T
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de agosto de 2020.- Fuentes de la Secretaría de la Defensa lo confirmaron.
“La de “El Marro” fue una entrega pactada…”.
“Por eso se dejó libre a la madre…”
“Por eso no hubo un solo tiro…”
“Por eso no aparecieron bloqueos en Guanajuato…”
“Por eso se filtró a columnistas y a la prensa, de inmediato, el señuelo de que “El Marro” fue atrapado gracias al uso de drones y al seguimiento de cuentas bancarias…”
Al final –como lo dijimos aquí desde el primer momento–, el circo de la captura de “El Marro” fue otro espectáculo operado en el momento justo, para capitalizar “el golpe”, a favor del decadente gobierno de López Obrador.
Por lo pronto, se consiguió el primer objetivo.
Sí, los medios de Estados Unidos aplaudieron una captura que, en realidad, es producto de la reciente reunión de los presidentes Obrador y Trump.
Sí, porque si hacemos memoria, recordaremos que durante la detención y posterior liberación de El Chapito, el presidente López dijo que su gobierno había abandonado la estrategia de capturar a grandes capos.
¿Qué paso, entonces?
Simpática cosa; que el presidente Trump pidió al presidente mexicano dar muestras de fuerza contra las bandas criminales. Sí, de la reunión entre los dos presidentes, viene “el pacto” con “El Marro”.
Pero no es todo; la captura pactada con “El Marro” debió apresurarse por la delicada imagen del gobierno mexicano.
¿Y eso qué significa?
Que no es casual un circo que apareció justo cuando la pandemia llegó al clímax; cuando el número de muertes por Covid-19 lleva a México al tercer lugar mundial, cuando la crisis económica lleva al país al primer lugar de recesión mundial y, cuando la credibilidad del gobierno federal se desploma.
La misma fuente de Sedena confirmó que “el pacto” para capturar a El Marro se aceleró, una vez que la extradición de Emilio Lozoya no produjo los resultados esperados; sobre todo cuando “hacían agua” los frentes político, económico y sanitario, que amenazaban con hundir al gobierno de López.
Y es que se esperaba que “el caso Lozoya” se mantuviera “en el candelero mediático” por mucho más tiempo, pero algo falló y “el caso” se desinfló, una vez que se descubrió que era “otro pacto de impunidad”.
Por eso debieron acelerar la captura de El Marro; por eso el inicial desconcierto y los tropiezos entre el gobierno federal y el de Guanajuato y, por eso, la protección oficial a El Marro debió darse en prisión, no en un hotel.
¿Y qué es lo que sigue…?
Sigue la película probada en los casos Lozoya y de los 43 de Iguala.
Es decir, sigue la estratagema de convertir al principal acusado en “testigo colaborador” y, con ello –y una vez negociado a quién delatará–, el gobierno federal emprenderá una nueva venganza contra dos de sus objetivos preferidos; el PAN y el gobierno de Guanajuato.
Sí, porque la captura de “El Marro” es “una jugada de fantasía”; de alta complejidad y, por tanto, de elevada rentabilidad política.
¿Por qué?
a).- Porque primero responde al compromiso de AMLO con Trump, de mostrar mano dura en la lucha contra las bandas criminales.
b).- Porque consiguió una victoria para Obrador, a los ojos de los medios de Estados Unidos.
c).- Porque logró romper la cadena de fracasos del mandatario mexicano, cuando no daba una en seguridad, en economía y en salud.
d).- Pero, sobre todo, porque “El Marro” le regala al presidente una potente arma para aplastar al PAN, en su principal bastión electoral; Guanajuato.
Si, porque tarde o temprano, El Marro se convertirá en “testigo colaborador” y “cantará” lo que el gobierno de AMLO quiera que cante.
Así, El Marro enlodará a la clase política y a todos los gobiernos panistas de Guanajuato, a la luz de las elecciones federales del 2021.
Y así, Morena conseguirá una jugosa ganancia de votos capaz de “cachar” el mayor número de plurinominales en disputa.
Y es que, si no lo sabían, Morena va por la mayor renta electoral del “corredor dorada” de votos; Ciudad de México, Veracruz, Edomex, Puebla, Jalisco y Guanajuato.
Esa es la verdad detrás de la captura de “El Marro”.
Al tiempo.