Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de julio de 2020.- Algunos ya le llaman el síndrome José Emilio Pacheco.
¿Por qué…?
Porque el poeta fue un adelantado de su tiempo y, en su poesía y su narrativa definió, como pocos, el futuro de los integrantes de la vieja izquierda mexicana.
Escribió el poeta: “de viejos, son todo aquello contra lo que lucharon a los 20…”.
¿A quién le queda el saco?
En efecto, a los incongruentes y ambiciosos sin límite de la llamada izquierda mexicana, que antaño luchaban contra el viejo PRI y hogaño, cuando militan en Morena, son los mejores aliados del PRI.
Y en efecto, el síndrome José Emilio Pacheco, picó a toda o casi todos los integrantes de esa fantoche dizque izquierda mexicana; quienes, transformados en militantes del partido en el poder, de Morena, parecen dispuestos a dar la vida por el regreso del peor PRI de todos los tiempos; el PRI de la transa, el cochupo y hasta la dictadura perfecta.
¡Y si aún lo dudan, formulemos las preguntas básicas!
¿Quién les iba a decir a los políticos de esa chabacana izquierda mexicana que, de viejos, terminarían reconstruyendo lo más rancio del viejo PRI; el partido contra el que lucharon durante más de medio siglo?
¿Quién les iba a decir a los más radicales de esa vieja izquierda que, con los años, serían parte de lo que, por años –de jóvenes–, criticaron con tanta severidad; hoy serán parte del PRI autoritario, dictatorial, vengativo y nada democrático?
¿Quién les diría a los intelectuales y periodistas de esa vieja izquierda –reprimida por el PRI más autoritario y criminal–, que de viejos serían carne de cañón para el restablecimiento del viejo partido de Estado; el PRI clientelar y populista?
¿Quién les diría a los maestros de la protesta y apóstoles de los pobres que, de viejos, serían los padres de la nueva dictadura perfecta, del regreso de los peores tiempos del PRI?
¿Quién les iba a decir a los Pablo Gómez, a los Alejandro Encinas, a las Elenita Poniatovska y Sabina Berman; a los Scherer Ibarra; a la señora Ibarra de Piedra y su hija Piedra y muchos otros, que luego de ser víctimas del PRI más represor, terminarían reconstruyendo ese PRI y aplaudiendo la militarización del país?
¿Quién les iba a decir a todos los experredistas y hoy morenistas, que terminarían por aplaudir la venganza irracional, autoritaria y dictatorial emprendida contra los suyos –como Rosario Robles–, que son perseguidos por ese nuevo PRI, motejado como Morena?
Lo cierto es que pocos militantes y políticos de la vieja izquierda imaginaron que, de viejos, serían parte del nuevo PRI recargado, un PRI más ladrón, más cínico, mas despreciable, más antidemocrático y más vengativo.
Y es que hace pocas horas, con la ayuda del PRI –25 votos a favor y 11 en contra–, la Comisión Permanente del Congreso aprobó convocar a Período Extraordinario de Sesiones para que las Cámaras de Diputados y Senadores pudieran modificar la Ley de Adquisiciones y, con ello, acelerar la venganza presidencial contra las empresas farmacéuticas nacionales; una venganza que dejará a miles de mexicanos sin empleo.
¿Y por qué es una venganza?
Porque el presidente mexicano exhibirá –de manera pública–, a las farmacéuticas mexicanas como las responsables de la tragedia social por la muerte de más de cien mil mexicanos a causa de la pandemia de Covid 19, para desviar la atención sobre la verdadera responsabilidad del gobierno federal en esa tragedia.
Es decir, que, en pocas horas, desde Palacio, AMLO culpará a las empresas nacionales fabricantes de medicamentos, de la tragedia humanitaria que, en realidad, es culpa del mal gobierno de Obrador
Y la mejor prueba de esa supuesta culpa, será que el Congreso mexicano aprobó comprar medicamentos en el extranjero, sin licitación y sin los mínimos de sanidad. Y todo, porque así lo ordenó el presidente Obrador.
Y para lograr ese engaño y esas farsas monumentales, Morena debió contar con los votos a favor de los diputados del PRI, Dulce María Sauri y Rubén Moreira; votos definitivos para que Morena y sus aliados pudieran llevar adelante un Periodo Extraordinario de Sesiones, en donde la tarde de ayer el Congreso hizo las reformas que exigió el presidente.
En pocas palabras, el PRI y Morena son hoy los mejores aliados en el Congreso para complacer al presidente.
Y si esa no es la restauración de la dictadura perfecta del viejo PRI, entonces asistimos a la inauguración del PRI-MOR; la nueva mayoría que llevará a México de vuelta a los años 60 y 70 de siglo pasado.
Al tiempo.