Ignacio Ovalle: ningún cargo público, pero sí protección
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de noviembre de 2020.- Aquí hemos hablado del tema en por lo menos cinco entregas.
Es decir, hemos probado que los gobiernos del mexicano Obrador y el norteamericano Trump, decidieron que sus destinos caminarían juntos, por lo menos, durante el próximo quinquenio
Dicho de otro modo; documentamos que el mexicano Obrador hizo todo lo necesario para apoyar la reelección del norteamericano Trump, a cambio de que el vecino presidente del norte apoye, con el tiempo, la reelección del tropical mexicano.
Por esa razón, el sentido político y el sentido común dicen que hoy, martes 3 de noviembre del 2020, no solo está en juego el futuro de Estados Unidos –y la ratificación y/o elección de un nuevo presidente-, sino que también está en juego la eventual reelección del presidente mexicano.
Y es que, si hoy se alza como triunfador el mandatario Trump, el paso siguiente será la reelección del mexicano, Obrador.
En sentido contrario, si hoy gana el adversario de Trump, si gana el poderoso Joe Biden, prácticamente se cancelan las ambiciones reeleccionistas del mandatario mexicano Obrador.
Es decir, que a los mexicanos que aspiran a salvar la democracia mexicana, hoy les importa la derrota de Trump. Por eso, gobernadores de aquellos estados en los que predominan las familias de los migrantes mexicanos, llamaron a votar contra Donald Trump.
Sin embargo, a ciencia cierta, nadie sabe lo que pasará hoy en el proceso electoral de Estados Unidos, en donde será ratificado y/o será renovado el nuevo presidente de aquel país.
Nadie tiene certeza de que el presidente en funciones, Trump, consiga la victoria en las urnas o si, por el contrario, el aliado de AMLO resultará aplastado por su poderoso contrincante, Joe Biden.
Lo que sí sabemos los mexicanos es que –luego de confirmar una alianza nada nacionalista y harto entreguista al gobierno de Trump-, el presidente mexicano se juega hoy su reelección.
¿Por qué?
Porque en su demencial ambición de poder, el mexicano Obrador pactó con su homólogo norteamericano Trump, un camino conjunto en los respectivos procesos de reelección.
Es decir, que AMLO hizo todo lo necesario para apoyar la reelección de Trump, a cambio de que, en su momento, el eventual reelecto presiente Trump empujaría la reelección del mexicano Obrador.
Y es que Obrador y Trump son como gotas de agua; los dos mienten a diario, los dos aman y practican gozosos el populismo; los dos pelean todos los días con los medios, con la prensa y con los periodistas –a los que acusan de todos los males de sus gobiernos-, y los dos censuran y piden cárcel para sus críticos.
Y si aún dudan de AMLO y Trump son gotas de agua, a continuación, el mejor ejemplo de que parecen hermanos gemelos.
Al arranque de su gobierno, el presidente Obrador ordenó a uno de sus empleados más fieles –Santiago Nieto-, llevar a juicio a las empresas y empresarios que crearon, financiaron y produjeron el neonato documental Populismo en América Latina, dizque por ser responsables de emprender “una campaña negra” contra el entonces candidato Obrador.
Lo que sigue ¡es-difícil-de-creer…!, como dice un clásico de la televisión lopista.
De manera casi simultánea, el presidente estadounidense, Trump, pidió a las autoridades electorales de su país y a las instituciones que regulan la comunicación, que investiguen y sanciones a programas de crítica y sátira política como Saturday Night Live, dizque porque lo difaman y calumnian.
Dos comportamientos gemelos que han seguido por meses y años.
Pero las coincidencias entre AMLO y Trump los han llevado a ser verdaderos gemelos en el populismo; gemelos en la negación de energías limpias, en el nacionalismo exacerbado; gemelos en la negación del riesgo de la pandemia de Covid y, sobre todo en la satanización de los indocumentados.
Es decir, que nadie duda que el presidente mexicano está dispuesto a entregar la soberanía del país, a cambio de instaurar una dictadura.
Pero de manera curiosa –y hasta ridícula-, esa posibilidad no se juega en México, sino en Estados Unidos.
Al tiempo.