Construyamos un México nuevo
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de marzo de 2021.- Carta al ciudadano López Obrador
Señor López Obrador.
No le llamo presidente porque no voté por usted y porque no representa nada de lo que significa el papel y la responsabilidad del mandante.
En democracia, como sabe, los mandantes son los ciudadanos que otorgan el mandato a otro ciudadano que, por esa razón, se convierte en el primer mandatario, según la Constitución.
Es decir, el primer mandatario es el más influyente servidor de los ciudadanos.
Pero usted, señor López, no entiende lo que es servir y menos lo que significa ser el primer mandatario. En realidad, usted cree y se cree el centro del Estado, en claro remedo del “Rey Sol”.
Por eso no le llamo presidente.
Sin embargo, legalmente, señor Obrador, usted es el presidente de los mexicanos, en general y, claro, de quienes aún lo siguen, sea por los pingües recursos económico que regala, o porque les picó el Síndrome de Estocolmo.
En cualquier caso, usted es depositario legal de la responsabilidad de presidente; cargo que no sólo denigra cada mañana, sino que –según la terca realidad–, ha coinvertido en el peor enemigo de México y de los mexicanos.
Sí, nos guste o no –y le guste a usted o no–, hoy el presidente de los mexicanos es el peor enemigo de los mexicanos.
Y por eso, porque usted es el mayor peligro para 130 millones de personas, le exijo que renuncia, que deje un cargo que todos los días denigra y pisotea, en detrimento de toda una nación.
¡Piénselo un poco, señor López Obrador!
Aún está a tiempo de que su nombre en la historia no termine pisoteado y denigrado como el de Antonio López de Santa Anna; como el de muchos de los traidores a la patria que registra la historia.
Por el bien de México y de los mexicanos, señor Obrador, deje el cargo y termine con el penoso espectáculo de ser la burla de sus subordinados, de legisladores y mexicanos, en general; la burla del mundo.
¿Sabe cómo se refieren a usted sus subordinados? ¿Sabe cómo, señor Obrador, la mayoría de ellos motejan con groseros apodos su ignorancia y su analfabetismo?
¿Sabe usted, señor López, que no tiene amigos sino sirvientes interesados? ¿Sabe cómo le apodan los hombres de empresa?
¿Sabe que sus lacayos serán los primeros en saltar cuando el barco se hunda?
¿Sabe que se pondrán a salvo a cambio de revelar todas las raterías que se están cometiendo en su gobierno?
¿Sabe que muchos empleados del sector salud atestiguarán gustosos que desde Palacio y por instrucción presidencial se cometieron graves crímenes de Estado?
¿Sabe cómo, en medio de risotadas, sus subordinados imitan su terquedad que raya en el delirio?
¡Aún es tiempo, señor López Obrador!
¡Renuncie por el bien de México y de los mexicanos!
¿Imagina su nombre en el basurero de la historia, como el peor presidente mexicano, de todos los tiempos?
¿Se imagina repudiado en plazas públicas, en centros sociales, en escuelas, universidades y en todas partes donde se pare?
¿No se engañe, señor López, usted sabe que su nombre no estará en letras doradas en el frontispicio de San Lázaro y sabe que los libros escolares hablarán de usted como un psicópata que llegó al poder para destruir la democracia?
¿O de verdad cree, señor Obrador, que quienes hoy le prodigan caravanas mañana se guardarán los secretos de Palacio; secretos que lo harán ver como el más ridículo e ignorante de los presidentes de México?
¿Cree usted, ciudadano Obrador, que los empresarios callarán por mucho tiempo que su parentela –toda su prole–, es la primera en “pasar la charola” del mayor saqueo del dinero público en la historia?
¿Imagina a cuantos años de cárcel sentenciará la autoridad al peor presidente, a su prole y a toda su parentela de saqueadores?
¿De verdad cree que la montaña de mentiras que ha fabricado durará por siempre?
Lo cierto es que tarde o temprano llegará la justicia y usted, junto con su nombre, estarán donde merecen; en el basurero de la historia.
¡Piénselo, señor López, aún es tiempo de renunciar, hasta por el bien de usted y de los suyos!
¿Y si no sabe por qué usted –el presidente de México–, es el peor enemigo de los mexicanos y de su patria, se lo explico de manera breve?
Porque traicionó e incumplido todo lo que prometió como candidato.
Porque usted, señor López, todos los días le miente a México y a los mexicanos, en abierta complicidad con los medios y los periodistas que no se atreven a cuestionar las carretadas de mentiras e imposturas que profiere.
Porque ha convertido sus sermones mañaneros en groseros montajes que no sólo ofenden a todos, sino que confirman –con cada una de sus palabras–, su ignorancia, su estulticia y analfabetismo.
Porque hoy, a 27 meses de iniciado su gobierno, señor Obrador, México no solo es la vergüenza en el mundo sino el hazmerreir del mundo.
Porque hoy millones de los pobres de México son más pobres; porque millones de los trabajadores de México no tienen un mejor empleo –millones están desempleados–, y en el mejor de lo casos son subempleados.
Porque en sus 27 meses de gobierno el número de pobres extremos se incrementó de manera escandalosa.
Porque nunca en ningún gobierno democrático habían muerto cien mil mexicanos a causa de la violencia.
Porque nunca, en ninguna epidemia o pandemia, el gobierno había fracasado a tal nivel de llegar a 200 mil muertes.
Porque nunca, en ningún gobierno se habían llegado a la cifra de espanto de entre 9 y 10 mujeres muertas al día.
Porque en más de un siglo ningún gobierno había llevado a la ruina la economía, con un crecimiento negativo de menos 10%.
Porque nunca se había cometido un saqueo del dinero público como el que se cometió con la cancelación de NAIM; con la farsa de Santa Lucía, el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.
Y porque nunca, tan pocos servidores públicos, tan ignorantes, habían dañado a tantos mexicanos, en tan poco tiempo.
Si conoce la sensatez, señor López; si conoce la vergüenza, la pena y si quiere a México, aún es tiempo de renunciar.
Sí renuncia hoy, sin duda la historia se lo premiará.
Al tiempo.