El Rincón del Chamán/Jesús Sánchez

¿Y yo por qué?, remix tricolor

Publícalo, pero no se lo cuentes a nadie. A todo aquél secretario de Estado a quien le ven posibilidades de recibir el mandato de irse a despachar al icónico edificio de Insurgentes, lo único que les falta decir es ¿y yo por qué?

Mire usted, dice Melita Peláez (Mela para sus detractores), por lo visto hay más descartes que encartes.

Por si las dudas hay algunos que envían sus mensajes encriptados para que obvio, se lean entre líneas. A ver si es chicle y pega. Y otros simplemente se excusan.

Vea si no. Alfonso Navarrete Prida y José Calzada, por ejemplo, ya se pusieron en la fila.

Todo es cuestión de interpretar los mensajes.

Navarrete sabe que como otros puede ser el señalado, pero sus promotores aseguran que el mexiquense ni come ansías ni se va con la finta y que a sus colaboradores les pide no alimentar ni esparcir rumores. Ah, pero no se descarta. ¿O sea?

Lo malo es que todo mundo sabía que Navarrete Prida ya estaba perfilado en el grupo de los tiradores a la candidatura mexiquense. Ayer se leía en Reforma que la línea del teléfono directo (ya no los hacen de color rojo) entre el despacho de Los Pinos y del secretario del Trabajo está abierta para lo que pudiera ofrecerse.

La sola expectativa de que Navarrete preferiría ir al PRI nacional, alivia a otros tiradores como Gerardo Ruiz Esparza y al titular de Profeco, Ernesto Nemer Álvarez.

Y en otros comentarios, José Calzada Rovirosa –por cierto, el único funcionario del gabinete peñista que presentó su declaración 3de3- ya levantó la mano para que lo tomen en cuenta.

Aunque sus credenciales tengan la mancha de la derrota en Querétaro, en el búnker albiazul del Eje 8 dicen que les caería muy bien su liderazgo, porque así estarían asegurando una posibilidad de meterse hasta la cocina por la puerta mexiquense.

La gran pregunta a todo este remolino de filtraciones es ¿de parte de quién?

Pero no nos distraigamos. Emilio Gamboa Patrón se excusó. Y no podría haber sido de otra manera.

Melita Peláez reconoce que hay muchas señales, pero todas están cruzadas.

Vayamos por partes, aunque todavía no hay nada claro –que no es novedad- el vocero de you know who descartó un inminente anuncio de cambios en el gabinete.  El number one no ha dicho nada y por lo tanto todos tienen que seguir trabajando, dijo como aliviado.

¿Entonces por qué tanto alboroto en la granja? Toda la atención de los especialistas en prospectiva política, está en lo que digan y hagan Luis Videgaray y José Antonio Meade. Por algo será.

El caso de Aurelio Nuño es de llamar la atención porque los opositores a la reforma educativa le están aplicando la misma medicina que a Emilio Chuayffet.

Total que tuvo que entrar al quite Miguel Ángel Osorio Chong para atemperar los ánimos.

Lavaderus est.

1.-  Le han metido tanto la mano a la #Ley3de3 que ya la conocen como la #Ley2que3.

2.- A la disputa territorial por el Zócalo, Patricia Mercado le encontró una salida salomónica. Propuso que los dirigentes de Morena  y sus seguidores se repeguen a Palacio Nacional y Pino Suárez y en esa esquina pongan su templete y hagan su mitin, mientras se desarrollan las actividades programadas del gobierno de la CDMX.

Fue como decirles, hacen su mitin y se van.

El jaloneo ha estado fuerte. En un mensaje transmitido en su cuenta de Facebook, Andrés López Obrador advirtió que la eventual negativa del gobierno capitalino para abrir los accesos a la plancha del Zócalo, “sería la definición de que es un títere y un pelele de la mafia del poder y ya pintaríamos por completo nuestra raya”. Ouch.

La respuesta de Mancera puede interpretarse de muchas maneras: “Le mando un saludo al señor López Obrador”.

3.- Que en el gobierno federal andan como meseros. Poniendo una mesa por aquí y cuando no funciona, ponen otra por allá. Lo malo es que no les dejan propinas.

4.- Agárrense de lo que puedan. La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea le pegará a las economías de todo el mundo, incluida la mexicana. Veremos a cómo se cotiza el peso frente al dólar. Da calosfrío.