RIP para el Poder Judicial de la Federación, la justicia ha muerto

OAXACA, Oax. 6 noviembre de 2018.- Este martes, en redes sociales apareció una declaración que esclarece e insiste que es personal, del magistrado Germán Eduardo Baltazar Robles, sin embargo la realizó en un contexto completamente oficial, de la realidad que están viviendo jueces y magistrados de Distrito y Circuito respectivamente, del Poder Judicial Federal. Eso es lo de menos.

Es loable y distinguible la actitud gallarda, valerosa, congruente y honesta del magistrado Baltazar Robles.

Si esa fuera la actitud, no digamos de la totalidad, de al menos la mitad de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación, otro gallo nos cantaría en México.

Se refiere a la nueva ley que aprobó el Congreso y que impide que ningún servidor público federal, ninguno, gane más que el presidente de la república y que les bajará el sueldo a ministros, magistrados jueces de distrito y parejo, a todo el andamiaje del estado; a ver quién aguanta.

Resalto los principales puntos que trató el Señor Magistrado en su exposición:

1. a) Innecesario demandar en sede internacional al Estado mexicano, puesto que ellos son parte de dicho Estado y considera un error someter la soberanía nacional a instancias internacionales.
2. b) Aún no hay un agravio concreto, pues siguen vigentes los artículos transitorios de la reforma constitucional del 2008 que les garantiza que no les modifiquen sus percepciones económicas.
3. c) Que considera inútil y fútil gastar dos millones de dólares, en la contratación de un despacho extranjero para demandar en instancias internacionales al Estado mexicano, porque, primero, no son vinculatorias sus sentencias, no pasan de meras recomendaciones que en su momento no serían aceptadas; segundo, tendría un efecto contraproducente en la opinión pública de la cual cada vez están más lejos y acarrearía mayor descontento social del que ya se han ganado a pulso.
4. d) El modelo de demanda, que les elaboraron a propósito, contiene argumentos legales, que ellos mismos han desechado en sus sentencias cuando los hacen valer abogados litigantes particulares y ahora se encuentran impedidos a usarlos porque sería incongruente. No es lo mismo pedir justicia que conceder justicia.
5. e) Que la honestidad no depende de la remuneración. Se es honesto sin un centavo al igual que con la cuenta bancaria gorda.
6. f) La función de administrar justicia, es noble, pero no debe dar lugar a actitudes soberbias, que los hagan creer que son indispensables; si nos les conviene ese trabajo, que, como en cualquier otro trabajo, renuncien y busquen otro que mejor les convenga.

Es, si no inédito, por lo menos extraña la actitud honesta del señor magistrado que no es coincidente con la inmensa mayoría de miembros de dicho poder Judicial Federal, por el contrario, se encuentra en la antípoda. Pudiera pensarse que su actitud es ingenua, por supuesto que no es así, se aprecia una persona madura, justa, y es bien sabido que Dios protege la inocencia.

Es indigno, cuando menos, que se estén preparando hasta la ignominia, para defender sus exagerados ingresos económicos; que estén planeando vender la soberanía del poder que integran al extranjero cual moderno Judas. Que le estén mordiendo la mano a quien les ha dado de comer. Claro, dicen que cuando la perra en brava, hasta los de casa muerde.

Todo, absolutamente todo, antes que quedarse sin su inflado chivo, sin sus inmorales prebendas, sin la familia incrustada en la nómina, sin queridas disfrazadas de secres, dan lástima.

Repito, la actitud honesta del Magistrado paisano, pinta de cuerpo entero a Ministros, Magistrados, Jueces, Secretarios y actuarios de dicho poder, amén del personal administrativo, que aunque menos,    también se sienten pintaditos a mano.

Eso es lo verdaderamente importante de lo declarado por el valeroso magistrado, que nos regala una radiografía de cuerpo entero de dicho poder  y que desde luego viene a confirmar lo que todo el foro sabe de antemano, que los integrantes del Poder Judicial Federal, viven en las nubes, alejados de la realidad, de espaldas al pueblo al que dicen administrarle Justicia, cuando ocupan la mayoría de su tiempo, esfuerzo y capacidad mental, para hacer nugatorio el acceso a la misma, para que, por ‘quítame estas pajas’, declararse incompetente y no conocer del asunto, fundado en acuerdos administrativos inventados por sus calenturas enfermizas de no tener problemas, para negar reiteradamente el amparo y protección de la Justicia de la Unión contra todo sentido común, o en su caso, si esa noche durmieron satisfactoriamente acompañados, conceder para efectos, que ya es mucho conceder, casi casi plus petitio, qué barbaridad.

Es precisamente por los juiciosos conceptos de nuestro paisano magistrado, que el Poder Judicial Federal se ha ganado a pulso el repudio del pueblo, de todos los niveles de la sociedad a partir de los indios, a los que desprecian y desconocen, a los que no conceden personalidad jurídica pues para ellos no existen, a quienes utilizan como moneda de cambio, por sus prebendas ilícitas e inmorales.

Ellos solo responden a sus intereses creados, no les interesa ni la Justicia ni el pueblo al que dicen administrársela, solo tienen un amo, el dinero de su jugoso sueldo, el que podrán desquitar a destajo, pero no justificar.

Ojalá la cuarta transformación, logre que la Justicia llegue al que la necesita, y responda a las expectativas reales del anhelo del pueblo, y seguramente, no va a ser a través de los actuales integrantes del Poder Judicial Federal.

¿Cuántos gigantes juristas podrían ser el relevo, desde Tijuana hasta Chiapas y desde Tamaulipas a Yucatán? ¿Ya pensó en eso la burocracia anquilosada del PJF?

En fin, a cada quien.