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Con cien kilos de una cruz en Iztapalapa para que fuera cargada por el llamado redentor, un integrante del rito el nombrado Dimas desmayado y miles y miles expuestos a daños por el sol y la presencia masiva ¿deben las autoridades intervenir en esos casos en los que puede ponerse en peligro la vida? La Constitución respeta en primer término la vida y entre otros derechos, las creencias, ¿Pero que sucede cuando esas creencias pueden tornarse peligrosas para la vida? Un avezado intérprete de la norma suprema diría que hay una contradicción de derechos, pero la vida es la vida y no puede ni debe entrar en un juego de contradicción. En este espacio cada año advertimos de los peligros a que se exponen a los peregrinos que vienen al santuario de Guadalupe y que hacen grandes caminatas, recorridos de rodillas y otros sacrificios físicos que llevan en muchos casos al desmayo y la internación.
No sabemos cuantos de ellos, ancianos y enfermos, mueren a sus regresos. Si los ritos rebasan los niveles de salud como también sucede con lo que dejan en las zonas donde se realizan porque tienen impactos también masivo, con basura, cercanías en tiempos aún de Covid vigente, ¿que deben hacer la autoridades?¿hay responsabilidad de autoridades y de clérigos cuando ocurren efectos graves?
LOS SACRIFICIOS RELIGIOSOS ANTE EL PELIGRO DE LA VIDA Y EL ESTADO
Los códigos penales tipifican delitos y son advertencias que se pueden aplicar si alguien viola la norma. Si hay un sacrificio impuesto por una religión sea la que sea, que tipifique un delito, debe aplicarse la ley. Son muchas las religiones en el mundo sobre todo sectas que exigen sacrificios a veces mortales. Se saben de casos de suicidios masivos, de agresiones corporales o acciones que violan la ley. Algunos aquí en México han sido exhibidos y hay parientes de personajes de la política como en el caso de Carlos Salinas de Gortari o en el periodismo. como la hija de un empresario del diario Reforma. La historia es larga. La biblia habla del sacrificio en épocas remotas pero ya en el libro de Samuel 15-22 y 23, se destaca que el dios que veneran repudia los sacrificios y lo que quiere es la fidelidad en esa religión.
El Opus Dei en México señala que la vida se respeta pero “no hace de ella un poder absoluto”, lo cual es peligroso. Los catecismos suelen exigir sacrificios que se realicen en torno a la misa, que a los creyentes les parece un sacrificio muy duro porque miles de ellos andan felizmente en las playas.