Yucatán y el país
Lo peor de los complejos de inferioridad es que los tienen las personas equivocadas. Alain Delon 1935-; actor francés.
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de abril de 2019.- El Presidente Andrés Manuel López Obrador dará el banderazo de salida a la construcción del Aeropuerto en Santa Lucía. Llama la atención que no hay un proyecto, ni de ingeniería, ni arquitectónico; se desconoce si se realizó alguna licitación para las diversas disciplinas de construcción, aunque se sabe que será la Secretaría de Defensa la que la edificará.
Aunado a todo lo anterior, no hay un análisis y conclusiones de la seguridad de los usuarios del aeropuerto, ni del espacio aéreo que tendrán que compartir con el actual aeropuerto internacional.
No se trata de construir galerones para recibir y despachar pasajeros. Se trata de construir una terminal que genere ingresos. En países socialistas, de antes de la caída del Muro de Berlín, sus aeropuertos eran deprimentes, sórdidos y sin ningún atractivo. Nadie gastaba un dólar en sus tiendas.
En cambio, en los nuevos esquemas de países como Rusia o China, sus aeropuertos son auténticos centros comerciales que dejan atractivos rendimientos a sus propietarios que pueden ser empresas o gobiernos. Claro, los ingresos fiscales también son espectaculares.
No se trata de construir aeropuertos unimodales, sino multimodales; con opciones de crecimiento. Eso era, cuando menos, el de Texcoco que fue suspendido por la actual administración, echando a la basura miles de millones de pesos ahí invertido. Pero, esto ya es historia.
Tenemos que enfocarnos a un aeropuerto moderno en el que viajen más personas nacionales o extranjeras. Eso representa una señal de desarrollo y un aeropuerto moderno, es al mismo tiempo un imán a nuevas inversiones. Nadie invierte en un país atrapado en el pasado. Los seres humanos miramos al futuro, consolidando el presente.
Si se necesita un aeropuerto faraónico, pues que se construya; que sea el ícono de la modernidad mexicana y, desde el punto de vista político, el desarrollo que ofrece la cuarta transformación que impulsa López Obrador.
Por ello, su construcción debe ser bajo los más estrictos estándares de seguridad, comodidad y belleza. Esta no está peleada con el ahorro. Es más, debería dejarse en manos de empresarios y que ellos paguen al gobierno y que no sea este el que tenga que invertir.
Y, no se trata de ser neoliberales, sino quitarle cargas al erario y que este se destine para programas de desarrollo de la sociedad.
PODEROSOS CABALLEROS: Claudia Sheinbaum, gobernadora de la Ciudad de México, ahora está enfocada a recaudar a como de lugar dinero para su administración. Y, no tiene de otra mas que seguirle chupando la sangre a los ciudadanos.
Ahora lanzará una nueva licencia de conducir, lo que representa un ingreso de unos 12 mil millones de pesos. Cada licencia tiene un costo de 49 pesos, con todo y los más severos sistemas de seguridad.
La venderán en 750 pesos, con el mito de la digitalización para evitar corrupción. ¡Por favor! Con eso se acaba la corrupción, pues es un milagro de Pascua. Y, la revista para taxis, es otro mecanismo para obtener más plata. Voracidad total.
Empresarios del transporte, agentes aduanales y operadores logísticos de Manzanillo han mostrado preocupación ante el reciente asalto de contenedores en el patio de “Containers del Pacífico”, por la “inquietud” entre sus clientes.
El director del ISSSTE Antonio Ramírez Pineda, reconoció ante senadores, que ese instituto tiene un pasivo de alrededor de 18 mil 900 millones de pesos, un rezago de inversión en infraestructura y equipo médico, lo que ha generado su dependencia de servicios subrogados y la tercerización de los mismos, además de que el modelo de salud esta desactualizado y ya no corresponde al perfil de la población derechohabiente.
Además, cuenta con un déficit en el Seguro de Salud y servicios sociales y culturales. Lo más grave es que de su presupuesto, de 323 mil millones de pesos, el 70% está destinado para el pago de pensiones. ¡Más de 225 millones de pesos! Urge una nueva estrategia del gobierno para el desarrollo de esas instituciones.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: La marca de cerveza Corona, dirigida por Clarissa Panoja, instaló detectores de plástico en una de las playas más concurridas de Nayarit, bajo el gobierno de Armando Echevarría, con el propósito de recordarle a los turistas que el plástico no pertenece al océano.
Esta es una de las acciones sustentables de Corona para 2019, y que marca la continuidad de un plan global a través de actividades que se llevarán a cabo en nuestro país y a nivel mundial con distintos aliados clave; por ejemplo, la limpieza de playas, programa que comenzará en el verano.
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