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OAXACA, Oax., 16 de abril de 2018.- Por lo menos a cambio de sustraer tanto dinero de los erarios, los presidentes municipales deberían cambiar los nombres poco agraciados de sus comunidades como este pueblo de Huatulco llamado Agua Hedionda, evoca a las aguas sulfurosas, pero eso es diferente a agua mal oliente. Es peor el de otro pueblo que está de Oaxaca al Istmo, Las Majadas, o seas las defecadas. ¿Que no tienen el nombre de un arbolito o un cerrito agradable que les pongan?
Peccata minuta para los depredadores municipales como José Hernández, presidente de Santa María Huatulco, quien desde octubre del año pasado anunció la construcción del techado de un salón de usos múltiples en Agua Hedionda, presumiendo una inversión de un millón 579 mil pesos. En el lugar hay un letrero que dice “Se construye Techado…”, hasta hoy no han iniciado construcción alguna. Aunque fue una de las obras fantasmas del informe de gobierno de diciembre pasado.
Obras fantasmas en Huatulco
Hay más obras fantasmas que la población denuncia, como una pavimentación en Arroyo Súchil y las dificultadas creadas por esa autoridad por lo mismo entre las comunidades de El Manantial y Chacalmata. El presidente sólo reconoce y entrega recursos al primero por ser el que lo apoyó en su campaña, en tanto Chacalmata apoyaba al difunto Edgar Hernández.
Si así se manejan las administraciones en municipios de la notoriedad de Huatulco, con caprichos y venganzas tribales, ¿cómo se manejarán en lugares remotos? En los hechos, sólo gobiernan para su clientela política. Un municipio importante en el contexto nacional e internacional gobernado por un cacique pueblerino, que se apresta a reelegirse, bueno a intentarlo. Los municipios de Oaxaca tienen la tendencia a castigar a sus malos presidentes, ya se verá si acá también se da.
Afecta mucho esta dinámica decadente y ese otro elefante blanco que sustituyó a la ASE, Órgano Superior del Estado de Oaxaca (OSFEO) no da ninguna señal de vida, otro al que le pusieron un nombre grotesco. Una oficina de fiscalización conformada por subordinados del ejecutivo ¿en qué puede ser útil?, nada hace y deja manga ancha a los presidentes municipales, principalmente, que es donde los inamovibles auditores siguen haciendo fortuna volviendo al rústico sistema de trueque, que en este caso consiste en dar impunidad a los ediles a cambio de cuotas sustanciosas.
¿Sangre valiente o sangre de atole?
Pero si las instituciones están mal, los partidos políticos están peor, ponen de candidatos a auténticos indigentes culturales. A cualquiera que les llegue al precio. Qué se puede esperar de alguien que como lema de campaña tenía “José Hernández, Sangre Valiente”. Aunque la población se convierte en cómplice al confirmarlos con sus votos como sus autoridades, a cambio de despensas, venta del sufragio, etc.
Por cierto, la obra de techado se haría con el “apoyo” de la gestión del prestigiado diputado Óscar Valencia, es decir con los famosos recursos “moches”, donde el diputado los consigue a cambio de que el municipio le regale un buen porcentaje del mismo. Parece que ahora se excedieron, ¿nada sobró para la obra ingratos? Así es como trabajan estos políticos, así lo exhibe esta mancuerna de habilidosos, Valencia-Hernández. Así habrán de ganar sus próximas campañas políticas.
A los pueblos lo único que les queda después es la ironía o burla para fustigar a su verdugo, en este caso cambiaron el lema grotesco de José: “sangre valiente” por “sangre de atole”, mote exacto, acorde a la falta de carácter y autoridad del susodicho edil. Qué importa el ridículo cuando la ganancia es pingüe.
@blaslc