Ignacio Ovalle: ningún cargo público, pero sí protección
No se entiende el por qué, pero muchos de los malquerientes de López Obrador en los medios se regocijan de que la oposición esté tan mal, pero peor está quien gobierna. La dupla que domina el PRI, Moreira y Moreno, es indefendible, pero es considerablemente más pernicioso lo que se hace desde el poder. Claro que es decepcionante que cuando el país más necesita de la oposición, ésta es penosamente deficiente e incompetente.
Sí, está mal la oposición. Pero también lo están los factores de poder que debieran actuar para contener el abuso del gobierno. No lo hacen ni para proteger sus intereses. La cúpula empresarial confirma su condición de comparsa de quien gobierna, esto incluye a buena parte de los empresarios de los medios de comunicación. Por miedo o por connivencia las élites han quedado muy distantes del sentido de dignidad de sus predecesores, cruciales en la democratización del país. La oposición formal está mal; la informal, descastada. A fuerza de agravio la iglesia y la comunidad judía responden al insulto y al abuso.
Es un respiro escuchar dos prospectos que en mucho dignifican a la oposición. Santiago Creel y Enrique de la Madrid. Dos opciones con trayectoria partidista y en el servicio público. Son parte de la cantera de políticos mexicanos que han servido con lealtad al país y, en sus respectivos momentos, acreditado profesionalismo y compromiso. Cualquiera de los dos sería un buen candidato y un buen presidente. Remitirse a las encuestas a manera de evaluar proyectos o prospectos es renunciar a lo más elemental de la inteligencia y de la razón políticas.
Creel y de la Madrid son perfiles diferentes no sólo por su afinidad partidaria. Santiago es y ha sido abogado de sólida trayectoria profesional como postulante; integrante del Consejo General del INE en un momento crucial de la democracia mexicana; activo en organizaciones civiles con tal propósito; secretario de Gobernación; precandidato presidencial y legislador. Actualmente tiene una importante responsabilidad en la dirección nacional del PAN y en la Cámara de Diputados.
Enrique de la Madrid en su trayectoria en el servicio público ha trabajando con presidentes del PRI y del PAN; secretario de Turismo en el gobierno anterior quien sin impostura ni pretensiones viajaba en líneas aéreas comerciales; legislador y actualmente entrevera actividades académicas con su acción política. En la crisis del PRI y en el desprestigio de muchos de sus cuadros históricos, figura como una opción digna y confiable. Con singular claridad y rigor de juicio presenta diagnósticos y, especialmente, plantea propuestas y respuestas.
Una lectura a profundidad y con rigor del elector urbano mostraría que hay condiciones para que la alternancia en la presidencia. El descontento y la preocupación por el porvenir alcanza al actual gobierno y al presidente López Obrador. Las condiciones de competencia son mayores de las previsiones de muchos observadores. No lo vieron venir en 2021. En política electoral lo más visible, lo más obvio no siempre es lo que acontece.
El fatalismo que recorre buena parte de los observadores críticos del gobierno, a grado tal que ponderan a quienes se anticipan en campañas y a quienes el mismo promotor califica despectivamente como “corcholatas”. Con prejuicio y simpleza se dice que no hay espacio para opciones dignas y competitivas como las de Creel y De la Madrid. No son las únicas. Allí están cinco senadoras valientes y de calidad política: Beatriz Paredes, Lily Téllez, Xóchitl Gálvez, Kenia López, Claudia Ruiz Massieu. La de Luis Donaldo Colosio también vale. Miguel Riquelme, Mauricio Vila y Mauricio Kuri, los gobernadores de Coahuila, Yucatán y Querétaro, respectivamente, no son para soslayarse, aunque su misión quizás sea dirigir a sus partidos. No son todos, incluso cane la posibilidad de una fractura entre los contendientes de Morena.
Visibilidad y la competitividad son potenciados por la contienda; sin anticipar resultados. La política es la construcción de lo impensable y hasta de lo imposible. La democracia da para ello. En todo caso, se requiere es imaginación y visión. Queda de relieve que muchos mexicanos están a la expectativa de una opción digna, confiable, que cumpla lo que promete. Creel y de la Madrid son los primeros y tienen con qué.