Economía en sentido contrario: Banamex
La educación michoacana, a catorce meses de iniciada la administración pública estatal ya busca nuevo titular. Fue por una renuncia voluntaria que comenzando diciembre se dio la salida de la Dra. Yarabí Ávila González de la Secretaría de Educación en el Estado.
Desde 1978, año en que se inició la descentralización de los servicios educativos hacia las entidades federativas hasta la fecha ha habido 30 titulares de la política educativa en Michoacán, que promedian apenas dieciséis meses al frente de sus responsabilidades, de los cuales, en caso de haber poseído las competencias necesarias, dedicaron entre seis y nueve meses apenas a superar la curva de aprendizaje.
La trigésima titular quedó dos meses por debajo del promedio en duración, lo cual impacta indefectiblemente en la continuidad operativa y estratégica de la dependencia más grande de la administración pública estatal.
Empero, la Secretaría de Educación en el Estado se queda en marcha, hay que reconocerlo. La Dra. Yarabí logró varios hitos, con el respaldo pleno del gobierno del estado y de la federación, como es el haber reabierto las escuelas en Michoacán, por encima de la pandemia y de un paro indefinido prácticamente generalizado, haber logrado el pago de los adeudos pendientes con los trabajadores de la educación, iniciado una nueva relación con el magisterio y mejorado el clima laboral con ello, así como también haber logrado un presupuesto no deficitario para los primeros once meses de este ejercicio 2022, haber dado pasos para el pago por tarjeta bancaria de la nómina educativa, promover el inicio y reapertura de varios consejos y comités en torno a los derechos de niñas, niños y jóvenes.
Pero también, hay muchos procesos sueltos, muchos primeros pasos que se dieron que requerirían consolidación, como la federalización de la nómina educativa, garantizar que las escuelas de tiempo completo lo sigan siendo como lo impulsó el Gobernador, terminar de sistematizar los procesos de asignación de plazas y espacios al interior de la SEE, así como de rectificar las irregularidades que se han cometido históricamente, entre muchos otros procesos.
Ahora viene la curva de aprendizaje nuevamente. Empieza la quiniela política, la búsqueda del poder de los grupos fácticos por obtener el control y los recursos de la dependencia más grande y robusta económicamente en la administración pública estatal.
Respecto al nuevo perfil, hay una instrucción de trabajo que les dio Andrés Manuel López Obrador, presidente de México a los funcionarios educativos, en plena gira por Michoacán, hace apenas dos semanas, cuando dijo que “se acabaron los rectores-caciques”, exhibiendo que hay personajes quienes desde el sistema educativo medran con los conflictos de intereses y se enriquecen económicamente, acrecentando su capital político a costa de los derechos educativos de la infancia y de la juventud. Esa declaración constituye un tamiz para garantizar incorruptibilidad de los aspirantes a la titularidad de la SEE y para verificar los pasos de todo el gabinete educativo, de una vez.
Aunado a lo anterior, por supuesto que debe acompañarse el perfil académico, la experiencia gubernamental y la capacidad comprobada en la administración pública.
Esperemos y exijamos los mejores perfiles al frente de la educación michoacana, porque la excelencia de nuestro sistema educativo no podrá exceder la calidad de sus funcionarios. Merecemos un gobierno educador.
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