Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de septiembre de 2017.- No es gratuito.
Y tal vez la invitación ni siquiera haya pasado por el escritorio de Luis Videgaray.
Parece asunto entre hombres de uniforme.
O sea, el general Salvador Cienfuegos habría invitado al secretario de la Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis.
¿Cuál es el mensaje?
Cienfuegos es el secretario de Defensa más activo, más visible en medios de comunicación que ha existido en tiempos modernos. En contraste con sus antecesores que solían hablar dos o tres veces al año, sus discursos compiten entre sí. A lo que debemos agregar entrevistas y su asistencia a eventos fuera del ámbito castrense. Sus actividades públicas se encuadran en un protagonismo muy singular.
Lo que ha traído, supongo que sin intención, que su nombre sea incluido en comentarios sobre la sucesión presidencial. Es decir, que haya trascendido al ámbito político.
¿Un mandatario militar? A diferencia de lo que hubiese despertado la sola mención del secretario de la Defensa Nacional hace años, hay voces que hablan a favor de la idea. Y ninguno se ha ido a prender en leña verde en el Zócalo de la Ciudad de México.
Por lo tanto, ¿debemos entender la presencia del general Mattis como un fortalecimiento de Salvador Cienfuegos, de quien algunas voces piensan pueda ser candidato presidencial?
¿Por qué traer a Mattis a México cuando la relación con Estados Unidos atraviesa una etapa de gran complicación? No se diga la manera en que el presidente Trump suele expresarse de los mexicanos. ¿Qué importancia tiene el general Mattis en el esquema de poder del gobierno de ese país?
Porque, obvio, no estamos hablando de diplomacia, de relaciones públicas, ni una inocente visita a nuestro país.
Uno, Cienfuegos definitivo, lo invitó. Otro, el secretario de Defensa norteamericano aceptó. ¿Cuáles son sus motivos?
Millones de mexicanos fueron educados en un espíritu contrario a Estados Unidos. Nuestra historia nos recuerda invasiones. La inmensa frontera común ha sido motivo de muchos desencuentros. Lo que se festeja en diciembre está inmerso en estos sentimientos, justamente de “independencia”.
Jim Mattis es un general retirado, un “marine” que participó en varias guerras y cuyas expresiones públicas corresponden a ello. Se magnifica, mero ejemplo, la forma en que afirma: “… se educado, se profesional, pero ten un plan para matar a toda la gente que te encuentres”.
Es un militar comprometido con su papel bélico, con su desempeño en conflictos armados… ¿invitado especial a nuestras fiestas de independencia?
Este quince de septiembre estará en un balcón de palacio nacional mirando a miles de mexicanos que, después de pasar todo tipo de filtros de seguridad, quieren “festejar” a los héroes que nos dieron patria. No llegó para participar en la conmemoración de los Niños Héroes que murieron cuando los norteamericanos, supongo que serían los “marines” de esa época, atacaron el Castillo de Chapultepec.
Sería interesante saber si su anfitrión, el general Salvador Cienfuegos, le haya platicado cómo y por qué los consideramos “héroes”. Y cómo se pasa lista de asistencia con sus nombres, respondiendo, nuestros militares reunidos en el “Altar a la Patria”, que cada uno de ellos “murió por la patria”.
¿Son tiempos pasados, estos de los jóvenes cadetes que se arrojaron del Castillo de Chapultepec antes que entregarse al invasor norteamericano, o siguen presentes?
Tal vez el general Salvador Cienfuegos haya comenzado a pensar más como civil, como político… lo único que tenemos, frente a este invitado especial apodado “Mad Dog”, perro salvaje, son interrogantes…
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