La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de noviembre de 2018.- A regañadientes, el equipo político y de seguridad del presidente electo López Obrador ha comenzado a entender la lógica de la inseguridad: la seguridad publica se alió a grupos de poder y se convirtió en seguridad interior y ésta ha sido sometida a presiones de los EU y los cárteles sudamericanos para configurar el marco de referencia de seguridad nacional.
El proyecto de la Suprema Corte de respuesta a exigencias sociales sobre la promulgada-congelada Ley de Seguridad Interior, elaborado por el ministro Jorge Mario Pardo Rebollo, parte de la definición de la constitucionalidad del eje central del problema de la inseguridad en México: la seguridad interior.
No podría ser de otra manera.
Las constituciones de Cádiz, de 1824, de 1857 y de 1917 le otorgan al presidente de la república –el rey en la primera– el uso de fuerza militar para la seguridad interior.
Calderón y Peña Nieto sacaron y mantuvieron a los militares combatiendo cárteles porque éstos no eran bandas delictivas sino organizaciones criminales que le disputaban dominio y soberanía al Estado nacional.
El dictamen de la Corte, que se debatirá antes de la toma de posesión, será el marco de referencia del programa de seguridad pública-interior-nacional del gobierno de López Obrador.
Las decisiones de los EU de combatir en su país y en México a los cárteles criminales es una prueba más de que la seguridad es escudo de soberanía porque las invasiones ya no son como antes –de conquista–, sino de seguridad nacional.
Los EU quieren operar la estrategia de seguridad dentro de México, lo cual convierte a las fuerzas armadas –Defensa, Marina y Fuerza Aérea– en el dique de contención a las presiones estadunidenses.
Los tuits del presidente Trump quejándose que los militares no pueden contener migrantes han sido un aviso de la militarización de la estrategia de seguridad de Washington con México.
El problema existente en la participación de las fuerzas armadas en labores de apoyo a la lucha contra la inseguridad no radica en los derechos humanos, sino en que el fracaso de los organismos policiacos quiere ser aprovechada por la Casa Blanca para enviar tropas militares a México.
Por tanto, la seguridad interior va a ser la clave de la estabilidad, soberanía y gobernabilidad de México y por eso urge el marco jurídico para fortalecer a las fuerzas armadas.
Barandilla
El autor es director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh