La Constitución de 1854 y la crisis de México
José Ureña | Teléfono rojo
• Les devuelven facultades y entregarles los recursos a tiempo
• Y crean hoja de ruta en tanto se llega a acuerdo con el Insabi
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de enero de 2020.- -Para atrás los fielders –dicen los beisbolistas.
Cuando el equipo defensivo espera bateo de largo alcance del ofensivo, se echa para atrás el cuadro para cubrir mejor el diamante.
Una estrategia para evitar daños mayores: jonrón, hits –el sencillo es el menos dañino, no así el doble y el triple- y tal vez la derrota.
La metáfora del béisbol, propia de este sexenio, podría aplicarse en esta ocasión.
Al comienzo del sexenio se les quitaron facultades a los gobernadores y se les impusieron primero ordenamientos, luego instituciones –la Guardia Nacional la principal- y por supuesto políticas.
Desde el poder se tendrán medidos los resultados de aquellas proyecciones, pero no muy positivos a juzgar por estadísticas y reacciones.
Hoy aquellos gobernadores vuelven al centro de la importancia y se les pide ser el núcleo estatal para coordinar fuerzas federales, estatales y municipales.
Así pueden medirse los discursos conciliadores de los secretarios de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
Los dos distendieron el ambiente y así pudo llevarse una reunión en paz, ojalá fuera como presagio de la pacificación deseada del país.
Regreso de facultades
Pero Alfonso Durazo tendió un manto de preocupación.
Según las cifras federales, en un año se han perdido al menos cinco mil armas de cargo de policías estatales y municipales hoy en manos da la delincuencia.
Es cuestión de práctica.
Los datos disponibles refieren de agentes acostumbrados a llevarse su equipo a casa sin dejarlo en instalaciones oficiales.
Esto favorece el desvío de pistolas, rifles o hasta armas de alto calibre, de uso exclusivo por la fuerza pública.
En tanto se llega a una conclusión o, mejor aún, se da seguimiento a esas armas y se le quita a la delincuencia organizada, se elabora una estrategia de coordinación bajo tres bases:
-Neutralidad para no politizar la seguridad pública.
-Unidad en torno a los grandes problemas nacional y, ya lo sabemos, uno de ellos es la enorme inseguridad.
-Y coordinar todos los mecanismos en esta materia.
Y como de reivindicar la figura de los gobernadores se trata, cuando se presenten problemas porque las circunstancias parecen rebasar a las instituciones, ellos asumirán el mando.
A cambio se les ofreció una zanahoria: ya no habrá retrasos en la entrega de recursos, aunque tampoco habrá incremento de partidas.
Las armas del abuelo
1.- En los datos de Alfonso Durazo podría encontrarse la respuesta a un suceso de alarma nacional.
José Angel, el niño de 11 años asesino de su maestra, suicida él y atacante de otro profesor y cinco compañeros, tenía un arma de calibre oficial.
¿Así llegaron a mano del abuelo del mismo nombre?
Es una pista.
Y 2.- no hubo avances en cuanto al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), pero se acordó una hoja de ruta para no afectar a la población doliente.
Lo primero es atender a los enfermos en espera de una solución final, lo segundo mantener reuniones y lo tercero es cómo resolver la entrega de recursos antes de firmar convenios, así sean individuales con cada estado.