Economía en sentido contrario: Banamex
Signos y Señales
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de junio de 2016.- El sábado escribo esto con tristeza, enojo y preocupación. Mañana, ayer para el lector, es mi cumpleaños y día del padre, Olguita mi esposa venía de Querétaro a Oaxaca, ya en si una odisea, estando en Puebla, nos enteramos que ADO suspendió sus corridas cuatro días antes, intentó venirse en UBER con otras personas, pero no quiso arriesgarse el conductor, lo intento el sábado, pero no encontró nada y tuvo que regresar a Querétaro, en suma no pudo venir. Antes, el martes en la noche, yo pasé siete horas varado en Nochixtlán.
Reitero, coraje no sólo contra la gente que hace los bloqueos, sino contra quienes han sido incapaces de darle una solución política a un problema en que muchos tienen responsabilidad, desde la simulación de la federalización de la educación, la descentralización-centralizada.
Oaxaca está bloqueada, como una semana antes estuvo Villahermosa, parece otro 2006, sólo que en casi todas las regiones del estado: 25 bloqueos según me dicen mis amigos de Noticias y Quadratín. Si los quitan, se van y después regresan.
En evidente, no ha habido un manejo político de la crisis, no se previó que pasaría. Se pensó que con el nuevo IEEPO y con las sanciones, se acababa el problema, pero no fue así, se mantiene la inequidad en los gastos de operación, los recursos presupuestales no consideran la diversidad social de esta entidad y del sureste, así como la influencia de los maestros y los curas en el estado donde está la cuarta parte de los municipios del país.
Cuando venían y vienen a Oaxaca, algunos de los presidentes de los municipios más pobres de los 570, los acompañaba un maestro o un cura como intérprete, entre ellos están los alrededor de 400 municipios de usos y costumbres. Por otra parte, los maestros despedidos por violar la Ley, están con tiempo libre permanente para las marchas, los plantones, los bloqueos, sí, como los normalistas. En suma faltó considerar estratégicamente el problema.
Lo mío: el martes 14 fui a Puebla, mi amigo Víctor Barceló cumplía sus primeros 80 años, además vi a mi Pau y a mi nieto, mi intención era seguir a México, sin embargo una infección viral me hizo regresar a Oaxaca, para ver a la neumóloga -más vale prevenir- con el antecedente que me pareció anecdótico, de que una noche antes, estuvo bloqueada la carretera, antes de la caseta de Nochixtlán, a hora y media de Oaxaca.
Una fila de 4 kilómetros a la caseta, además de que dicen había policías federales varados. La carretera se volvió un gran estacionamiento, con incertidumbre para los pasajeros del autobús. Subieron a checar que no hubiera policías. Después de cuatro horas, avanzamos hacia el pueblo, para salir hacia la carretera federal, pero fuimos otra vez retenidos, había varios grupos cercanos a 15 personas cada uno.
Nos hicieron ir al panteón, en el camino, se veían fogatas, mucha gente, con palos y otros con machetes en las calles. Tres horas más, y vuelven a subir, para pedir una cooperación “voluntaria”.
Eso me hizo recordar con preocupación la Oaxaca de 2006, cuando se vivió un estado virtual de insurgencia civil e inseguridad, sólo que hoy está en todo el estado. Chiapas parece está igual.
Hay indignación por parte de los afectados, en mi familia por supuesto. Sé que la solución no es fácil, no se trata de reprimir -es lo fácil- como muchos piden, pero sería más costoso, sino de contener. Habrá que establecer una estrategia política eficaz y restablecer el orden, sin dar pasos atrás en lo alcanzado, pero sin violencia. Entre ello, está no dejar en inanición presupuestal al gobierno estatal, ni a este, ni al que viene. Estamos ante un problema de seguridad nacional.
Me llegan noticias malas.