Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de diciembre de 2017.- Uno de los temas históricos más controvertidos en nuestro país, son los toros. Aunque pareciera que la tendencia mundial empieza a dar señales de un consenso en contra del sufrimiento del animal, hay quienes todavía defienden a la famosa “Fiesta Brava”. Pero qué mejor para hablar de este controvertido tema que hacerlo con un ícono de nuestro país: Eulalio López, alias “el Zotoluco”.
Antes de llegar a la cita, me vino a la memoria mi experiencia en la Plaza de Toros México.
Cómo olvidar aquella tarde que andaba cortejando a una compañera de la universidad que no daba su brazo a torcer. Lo recuerdo como un espectáculo para la élite, o los que aspiran formar parte de ella.
Gente de la socialité mexicana que contrastan con el folklor de los vendedores y los espectadores de las gradas superiores que formaban parte escenográfica de aquella vivencia.
Yo le preguntaba todo de los toros al papá de la pretendida compañera con la que salía, él, experto y vanidoso me respondía, yo aplicado en quedar bien atendía.
Tengo muy presente uno de esos tips: “sigue con la vista al toro, y verás lo que acontece en el ruedo, porque viendo al toro, no se pierde detalle: donde está el toro, está la corrida” me dijo.
Y le hice tanto caso que no solo seguí al animal acorralado en esa tarde, sino que ahora investigué todo lo que sucede con el toro de lidia antes de salir al ruedo. Había que llegar bien informado a esta entrevista de un tema que no es mi fuerte y que tengo ciertas resistencias a aceptarlo.
Atizapan de Zaragoza, Edo. Mex. El matador, como le llaman sus colaboradores, me recibió con mucha gentileza y disponibilidad de tiempo. Inmediatamente lo vi, pensé: cómo este hombre tan menudito y de talla corta pudo enfrentarse a una bestia de casi media tonelada.
No me lo explicaba. Se diga lo que se diga, se requiere valor, y algo más para torear.
El Zotoluco, perfumado y bien acicalado, nos recibió en una casa de su propiedad en la que pasó sus primeros años de casado. Hoy es la sede de su fundación “Un capotazo de valor” en la que atiende a niños invidentes.
Recorrimos las instalaciones de la fundación y conocí de cerca los trabajos que realizan el personal que ahí labora con una notable vocación de servicio.
Los niños tienen una relación cercana con él, lo abrazan y le piden que se quede con ellos a comer. Apenas pude, le pedí que subiéramos a una de las aulas para iniciar esta entrevista.
1.- Son 30 años de que debutaste como matador de toros ¿Cómo era el escenario de la fiesta taurina y cómo lo ve ahora?
Me tocó una época bonita, pues coincidí con grandes figuras del toreo, tanto nacionales como extranjeros y el camino no fue fácil, mis primeros 10 años fue tocar puertas y toreaba a lo mucho, cinco o seis corridas al año. Hasta que un día me dieron la oportunidad en la plaza México, la aproveché, hasta que un día tuve de 60 a 70 corridas al año.
Es una profesión muy difícil, porque aquí el toro no sabe si eres alto, si eres güero o moreno, rico o pobre, si tienes un padrino que te ayuda, entonces sales al ruedo y a defenderse por naturaleza.
Cuando me retiré, lo hice porque quise retirarme en plenitud de facultades físicas y mentales, pero sobre todo que no me echaran. Fui un torero muy afortunado, alterné con grandes colegas como Eloy Cavazos, Mariano Ramos entre otros, de los españoles, con el Juli, Ponce, Joselito, con la mayoría de ellos en la México.
2.- ¿Matador cómo encuentra la fiesta brava ahora en el retiro, desde la barrera?
Bueno, no es un tema fácil, yo le debo todo a los toros, por los toros estoy sentado aquí, gracias a la fiesta brava existe esta fundación que ayuda a estos pequeñitos. Estuve tres años de novillero y 30 de matador de toros, asistí a alrededor de mil 200 corridas, que son como 3 mil 500 toros más o menos.
Yo respeto mucho a aquella gente que no le gusta, creo que en esta vida hay que mostrar respeto por toda la gente, si estoy un poquito preocupado en el sentido que desgraciadamente hay estados en los que se están prohibiendo las corridas de toros.
Es mentira que los toros te convierten en una persona violenta, en los 33 años que estuve activo nunca lo fui, soy un hombre pacífico, al contrario, me gusta ayudar.
Yo estoy totalmente en desacuerdo de que hay mucha violencia y que los niños que van a ver una corrida de toros se lleven una imagen violenta.
Mis hijos están acostumbrados a ir a la fiesta de toros y son maravillosos, con buenos sentimientos y con buen corazón, en fin, respeto a la gente que no le gusta.
Pero te diría, la violencia donde desgraciadamente más existe es en nuestras casas. Creo que es un problema social.
3.- ¿Cuál es su opinión respecto a pronunciamientos de organismos internacionales como la UNESCO en contra de las corridas de toros, quienes aseguran que la tauromaquia socializa la violencia?
Creo que son temas muy diferentes. La fiesta de los toros lo único que hace es aportar a la cultura, aunque las raíces son españolas, ya tiene muchos años en México.
Yo creo que uno de los problemas más graves que tenemos en nuestro país es la educación, porque si hubiera más gente educada no hubiera delincuencia. Pero ¿qué pasa? y no generalizo, pero muchas veces los políticos son corruptos y son condescendientes con los criminales y dejan los delitos en la impunidad. Eso es violencia también.
A la fiesta de los toros van muchos niños, si vas a una corrida de toros puedes encontrar a un Presidente de la República, a un Gobernador o al señor más humilde. Es una comunión de gente que van a disfrutar.
También se dice que cómo es posible que haya gente que le gusta ver como matan a un animal, pero ignoran que el toro bravo no sirve para otra cosa más que para ser toreado, y la carne de ese animal te la puedes comer, es deliciosa. Estos toros llegan a vivir hasta cuatro años y los toros que nos comemos no llegan a vivir ni dos años.
4.- ¿Hacia dónde va la “fiesta brava” cuando la tendencia mundial la viene restringiendo en diferentes lugares del mundo como Cataluña, Asturias, Canarias, Colombia, etc.?
Desgraciadamente esto sucede por muchos tintes políticos, porque la gente cuando quiere sumar puntos, dice ¿qué voy a quitar? Ya quitaron los circos y ¿en dónde están todos esos animales? Están muertos y acabaron con un espectáculo en donde había familias completas que vivían de ese espectáculo.
Los toros dejan una alta derrama económica, si tú vas a una ganadería o un rancho, hay muchas familias que dependen de eso. Por lo que además de ser parte de nuestra cultura, los toros dejan una derrama económica muy grande. Los ranchos son muy extensos, de miles y miles de hectáreas.
5.- Al parecer “los toros” en México está en crisis, los jóvenes cada vez se ven menos atraídos, el público vigente son más los adultos mayores. ¿Qué le dice esta pérdida de seguidores?
Es cierto y me preocupa. Creo que hace falta impartir conferencias en escuelas tanto a primarias, secundarias e incluso en universidades con el fin de atraer a la sociedad y también de alguna manera enseñarles la parte positiva de los toros.
Yo creo que se tiene que conocer el tema, porque muchas veces se dice que se maltrata a los toros, que antes de salir los golpean, yo los invitaría a que tengan la oportunidad de conocer la vida de un toro y la vida de un torero, porque éste sacrifica muchas cosas.
6.- Hay voces que aseguran que los toros no es un deporte porque no es una competencia igualitaria. ¿Qué opina al respecto?
Yo creo que es un arte, el arte de crear belleza de un ser humano y un animal. Cuando el ser humano puede más que el animal siendo animal y crea emoción, peligro, belleza, ilusión, júbilo y muchas veces dolor. Yo creo que el toreo es un arte porque es el dominar como ser humano a un animal.
7.- ¿Qué sigue ahora para el Zotoluco?
Disfrutar de mi familia, ayudar a los niños de la fundación, tratar de seguir produciendo, estoy en muchos proyectos, pero sobre todo seguir aportando, en este caso los niños de la fundación, darles lo que esté a nuestro alcance.
8.- ¿Cómo ve al país?
Lo veo que ahora las cosas se están moviendo mucho políticamente, yo no soy partidario de ningún partido en especial, pero deseo que el que quede sea lo mejor para México.