Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Nuestro país vivirá— de nueva cuenta— un ejercicio electoral. Será el más grande de la historia por el número de espacios o posiciones que estarán en juego. De hecho, actualmente estamos en proceso de precampaña para la silla presidencial y, con ello, la antesala para que se oficialice el arranque de trabajos proselitistas de carácter público y que, al final de cuentas, serán los mecanismos o instrumentos que lleguen a la población civil para tomar decisiones. Entendemos que, con eso, estamos entrando en una etapa histórica para el territorio nacional. O sea, es otro de esos momentos en que todo gira en torno a la transición de poderes que muy pronto se pondrá en marcha.
Hay, sin duda, muchos elementos que indican el triunfo inminente de Claudia Sheinbaum en la elección presidencial. Tan solo en el mes de diciembre, la precandidata de Morena promedió el porcentaje más alto de intención del voto. En algunos casos, por ejemplo, tiene en un poder una ventaja de más de 30 puntos que la respalda como la preferida de las mayorías. Ahora, si consideramos que la oposición está en pleno descenso político y con una enfermedad patológica llamada desencanto de la ciudadanía, las condiciones se vuelven todavía más propicias para el lopezobradorismo en vísperas del arranque. De hecho, sería un error poder precisar la estimación, sin embargo, podemos asegurar que, con gran legitimidad, Morena se alzará con la victoria el próximo mes de julio.
Por esa sencilla razón y por segunda vez consecutiva, será un año histórico que marcará un precedente importante por la llegada de una presidenta al poder ejecutivo. Claudia Sheinbaum, en ese sentido, llegará a Palacio Nacional, esencialmente por lo que representa el proyecto que está construyendo y, lo mejor, al que dará continuidad. Lo dijimos claramente: la precandidata de Morena tiene al mejor equipo de trabajo para operar la elección. Uno de ellos, claro está, es el propio Ricardo Monreal. Tratándose de una voz experimentada y capacitada para este tipo de coyunturas políticas, Sheinbaum tiene asegurada una planeación y organización de primera.
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