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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de junio de 2019. —Tener sexo es bueno, sano y normal; es una actividad que perpetúa la especie, pero puede convertirse en adicción, con consecuencias negativas para la persona afectada, alertó Gabriela Orozco Calderón, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.
Se dice que alguien sufre de hipersexualidad, adicción al sexo o conducta sexual compulsiva cuando recurre a comportamientos sexuales a su pesar y no es capaz de evitarlas por la ansiedad que eso implica. Entonces se pierde cierta libertad porque se ve afectada la cotidianidad.
De acuerdo a un comunicado de la Máxima Casa de Estudios, en la adicción hay dependencia; se gesta en la mente y se asocia con anormalidades cerebrales. Existe dependencia física y psicológica que puede aplicarse tanto en conductas como en sustancias adictivas o juegos de azar.
La especialista en neurociencias de la conducta indicó que en la hipersexualidad se pierde el autocontrol y surge el deseo desenfrenado de tener sexo, físico o cibernético (además poco satisfactoria); se desatienden las actividades cotidianas, se deteriora la comunicación y el afecto por el otro.
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