
T-MEC y no migrantes, la verdadera agenda con Trump
Patear el bote, esperando que se presente el momento propicio, puede resultar contraproducente. La presidenta Claudia Sheinbaum retrasó todo lo que pudo la inevitable cita cara a cara con su homólogo estadounidense y, si bien no será en la Casa Blanca donde los mandatarios son exigidos frente a la prensa y, en ocasiones, se les embosca, se da en medio de tensiones en la relación bilateral por la ofensiva antiinmigrante, escalada con las redadas y protestas en Los Ángeles, así como por las conocidas presiones por llevar a otro nivel la colaboración en seguridad y combate al crimen.
La acusación de Kristi Noem no fue un malentendido, mucho menos fue engañada por cuentas tuiteras de la oposición mexicana, como hilarantemente dijeron en Palacio Nacional. Por supuesto que descontextualizó y tergiversó lo dicho por Sheinbaum, quien llamó a movilizarse en ambos lados de la frontera contra el impuesto a las remesas; pero lo hizo con conocimiento de causa y cálculo político, para apuntalar la narrativa gubernamental contra la migración.
No sé de qué se sorprenden, manipular a su favor y sin escrúpulos declaraciones de quienes se considera adversarios fue lo que hizo López Obrador durante todo su sexenio, lo cual ha sido continuado por la sucesora. Fue machetazo a caballo de espadas porque en eso, como en tantas otras cosas, se parecen. Nada les importa más que la comunicación política en forma de propaganda y lo ocurrido en California no fue un accidente, sino parte medular de un plan para poner en el centro de la discusión pública la lucha contra la “invasión” de los migrantes latinos.
Tras los escarceos arancelarios de los que no salió bien librado, los fracasos diplomáticos para detener los conflictos bélicos en Ucrania y Medio Oriente, y su rompimiento y confrontación pública con Elon Musk, Trump logró cambiar la conversación pública hacia su agresiva política de deportaciones, la cual presenta como una guerra contra la mayor amenaza que enfrentan como nación, acusando a sus adversarios políticos de traidores que sirven al enemigo que los invadió.
Eligió Los Ángeles como escenario detonante porque se trata de una ciudad santuario, cosmopolita, pluricultural, plurirracial, con alta densidad de población mexicana, cuya cultura irradia al mundo entero y se encuentra en el mayor bastión del Partido Demócrata. California es la quinta economía mundial, la entidad con más delegados del colegio electoral que define la presidencia del país y donde el actual mandatario perdió por paliza las tres veces que se ha postulado.
El sabor a revancha aviva el agravio y la Guardia Nacional actúa como ejército de ocupación al saltarse al gobernador en un respuesta desproporcionada que incluyó marines. Nada es casual, los abusos de ICE en sus redadas consiguieron la respuesta que esperaban. Aunque la inmensa mayoría de los manifestantes son pacíficos y la casi totalidad de la metrópoli no fue afectada, un pequeño grupo dio las imágenes de vandalismo que necesitaban con automóviles incendiados por personas embozadas que ondeaban banderas mexicanas. En una foto la asociación de violencia, delito e “invasión extranjera”.
En ese contexto, Sheinbaum se reunirá con Trump en el marco del G7 en Canadá y por supuesto que éste tratará de aprovechar la oportunidad para fortalecer su posición al interior, más ahora que la polarización se hizo patente con el desfile militar y más de dos mil marchas de protesta en su cumpleaños. No solo tiene la palanca comercial para conseguirlo, que no es poca cosa, también la carta del combate a los cárteles y el huachicol. Aunque la información fue desmentida por el gobierno norteamericano, Reuters la sostuvo y reiteró que Marco Rubio lleva tiempo presionando para que investiguen, destituyan y extraditen gobernantes y altos políticos de Morena.
Al momento de escribir estas líneas no se conoce que le tiene deparado Trump a Sheinbaum en la hora que durará su primer encuentro y, quizá más importante, en su salida a medios, pero conociendo al personaje la hará parte de su show, pues lo que está juego no es solo la vida de millones de migrantes sino el poder en Estados Unidos que es lo que realmente le preocupa.