El episcopado ante el segundo piso de la 4T
ITINERARIO POLÍTICO
La entrega del Itinerario Político de ayer enojo a no pocos ciudadanos –de distintas disciplinas–, quienes insistieron en que antes, durante y después de la victoria de López Obrador –en julio de 2018–, era imposible saber que acabaría con el INE y con la democracia.
“¡Nadie lo dijo, es falso que se pudiera saber que Obrador mataría al INE y acabaría como dictador!”, escribió un lector a manera de reproche.
Lo cierto es que sólo era necesario ver con ojo crítico el desempeño de AMLO durante su gestión como jefe de gobierno del DF; analizar los vínculos criminales que lo rodearon desde aquel tiempo pero, sobre todo, entender el origen del autoritarismo mostrado en la construcción de Morena, para saber que terminaría convertido en dictador.
Y es que el López Obrador de hoy –que destruye al INE para robar la elección del 2024–, es el mismo de siempre: farsante, mentiroso, pendenciero, impostor, vengativo, criminal y, sobre todo, un político carente de la más elemental cultura democrática.
Sí, el López que traicionó a Cárdenas para ser líder del PRD; el mismo que pactó con Zedillo a espaldas del PRD; el que traicionó a Rosario Robles y a “Los Chuchos”; el que negoció con el crimen organizado desde el gobierno del DF; el que financió con dinero del “narco” a su partido, Morena; el mismo que engatusó a millones de ciudadanos y el impostor que traicionó todo lo que prometió y a todos quienes confiaron en él.
Por eso resulta ridículo y ofende la sabiduría popular que aún hoy existan mexicanos que se llamen a sorpresa frente a los dislates, despropósitos y mentiras que han convertido al mandatario mexicano en el mayor peligro para México y para los mexicanos.
Lo cierto es que no se enteraron quien era López, sólo aquellos que cerraron los ojos y que cancelaron la capacidad elemental de ver.
Por eso aquí un breve esbozo del Obrador que dibujé desde el 31 de julio, en el Itinerario Político titulado: “¡Gracias dictador Maduro!”.
En esa ocasión dije que el fraudulento proceso electoral que orquestó en Venezuela el dictador Nicolás Maduro, era una advertencia de lo que podía ocurrir en México durante un potencial gobierno de AMLO.
Es decir, que en un gobierno de AMLO sería muy grande la tentación de controlar por completo las elecciones y, con ello, acabar con la democracia.
Volví al tema el 26 de noviembre del mismo 2017, con el Itinerario Político titulado: “Confesiones de un dictador”, en donde detallé el programa de gobierno de AMLO y llegue a la siguiente conclusión: “Se trata de una propuesta imposible de cumplir, sobre todo en materia política, de seguridad, económica y de salud”. (Fin de la cita)
Pero explique que “no parecía realista” ver a un eventual presidente Obrador, sometido a los contrapesos y, sobre todo, respetando la División de Poderes y órganos autónomos como el INE y el Tribunal Electoral.
Meses después, el 9 de marzo de 2018 volví al tema para cuestionar los afanes reeleccionistas “del candidato Obrador”, en el Itinerario Político titulado: “¿Es creíble la no reelección de AMLO?”.
Documenté que en las últimas tres décadas, todos los sátrapas del centro y sur del continente prometieron que no se reelegirían y, en todos los caso, todos mintieron y se reeligieron
Y por eso pregunté: “¿Por qué sería distinto AMLO, una vez en el poder presidencial?”.
El 4 de mayo de 2018, en el Itinerario Político titulado: “¡La dictadura ya está aquí!”, dije que uno de los objetivos del entonces candidato AMLO, una vez convertido en presidente, sería destruir al INE.
“¿Por qué?”, pregunté en aquella ocasión: “Porque su talante político es profundamente antidemocrático”, respondí.
Ya convertido en presidente electo, el Itinerario Político del 29 de octubre llevó el siguiente título: “Golpe mortal: ¿Y los 30 millones?”.
En esa ocasión dije que el verdadero mensaje de la cancelación del NAIM “es que el gobierno de López va derecho y no se para; va con todo contra todos aquellos que se pongan en su camino, sin importar el país, sin importar la economía, sin importar la democracia, sin importar los ciudadanos; lo que le importa al nuevo presidente es pasar a la historia, así sea mediante decisiones demenciales, propias de un aspirante a dictador”. (Fin de la cita)
Meses después, el 13 de abril de 2019, ya convertido en presidente constitucional, Obrador dijo que concluido el proceso electoral de abril de 2019, enviaría reformas para modificar al INE como hoy lo conocemos.
Por eso volví al tema el 19 de junio de 2019, con el Itinerario Político titulado: “AMLO busca matar al INE y matar la democracia”. Así lo expliqué: “Durante meses, en este y otros espacios lo advertimos; La intención del candidato y luego presidente Obrador es instaurar una dictadura que empezará con el regreso de la reelección presidencial.
“Y para lograr ese objetivo, Morena y López planean la destrucción de todo el sistema electoral que se construyó entre 1996 y 1997 y que hizo posible la alternancia en elecciones como las de1997 y del año 2000.
Luego pregunté: “¿Y por qué Obrador atenta contra la democracia toda; contra el INE, contra la certeza, la equidad, la transparencia y certidumbre de los procesos electorales?
“Porque el primer paso de López Obrador para matar la democracia mexicana será precisamente matar todo el sistema electoral –como hoy lo conocemos–, para luego regresar a los viejos tiempos en donde el PRI era capaz de mangonear las elecciones; tiempos en los que no se movía la hoja del árbol del Estado sin la voluntad presidencial.
“En pocas palabras, Obrador y su claque preparan el mayor magnicidio que se haya conocido en México; la muerte de la democracia toda. (Fin de la cita)
¿Estaba o no a la vista de todos la pulsión autoritaria y dictatorial de AMLO?
Sí, una tara ideológica que lo llevará a la historia como el dictador que fue capaz de acabar con la democracia mexicana.
Al tiempo.