La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de diciembre de 2019.- Apenas el pasado miércoles 4 de diciembre, en la entrega de Al Tiempo –columna que se publica en exclusiva para el diario digital @ContrapesoC–, dijimos que a nadie debiera sorprender que, de un momento a otro, pudiera arrancar la guerra política contra Marcelo Ebrard, el puntero rumbo a la sucesión presidencial
También señalamos la existencia de un grupo político interesado en hacer públicas las evidencias de que Marcelo Ebrard engaña al presidente y que, dicho grupo, estaría dispuesto a hacer públicas las pruebas de tal engaño.
Hoy se cumplieron las dos hipótesis, una vez que la prensa Argentina reveló que el embajador de México en aquel país había protagonizado un penoso espectáculo cuando fue captado por las cámaras de la emblemática Librería Ateneo, en el momento de hurtar un libro de 200 pesos.
El robo, como saben, se produjo el 26 de octubre y se mantuvo ocultó no sólo a los ojos de los mexicanos sino del presidente, quien fue enterado una vez que su gobierno había sido exhibido de nueva cuenta en el extranjero.
Sin embargo, el golpe mayor es contra el Canciller, Marcelo Ebrard, a quien no pocos integrantes del gabinete presidencial ven como el potencial sucesor de AMLO y, sobre todo, como el Córdoba Montoya del sexenio.
Es decir, que desde el momento en que se convirtió en el “milusos” del presidente Obrador, el Canciller Ebrard es “el hombre a vencer”, en un gabinete en donde todo se vale, con tal de ganar la sucesión.
Por eso, dijimos, Marcelo será apaleado desde muchos frentes; tantos como los que abrió el Canciller al meter la mano en todo el gabinete. Por lo pronto, hoy fue exhibido como “tapadera” de un “ladronzuelo” de poca monta, el embajador Ricardo Valero, quien se comportó tal a los ojos del mundo.
Pero vale recordar la manera en que advertimos que Marcelo Ebrard sería víctima de sus propios excesos protagónicos.
Así lo escribimos el 4 de diciembre pasado.
“Entre los hombres del presidente y entre legisladores de alto registro en Morena se dice que el “súper secretario” está jugando con fuego.
“¿Por qué?
“Porque tanto secretarios de Estado como senadores de Morena aseguran que en algunos casos Marcelo Ebrard engaña al presidente, otros oculta información valiosa para el mandatario y en otros asuntos magnifica las cosas para sacar raja política.
“Y uno de los casos en los que el presidente Obrador habría sido engañado es en la relación entre México y Estados Unidos. Es decir, que algunos secretarios de Estado presumen que Ebrard habría pactado una suerte de agenda personal, a espaldas del presidente, aprovechando la ignorancia del tabasqueño.
“Más aún, en secreto empieza a fraguarse la creación de un grupo político de supuestos aspirantes presidenciales quienes habrían acordado detener a Marcelo y filtrar los detalles de los casos en los que el canciller engaña al presidente.
“Y es que, a un año de gobierno, no son pocos los colaboradores del presidente que no están dispuestos “a pagar los platos rotos” por el fracaso de la gestión de Obrador, cuando los conflictos son generados en otras dependencias y cuando las soluciones vienen de la oficina de Marcelo Ebrard.
“Está claro que ya se vive –a tambor batiente–, el arranque de la lucha sucesoria al interior de Morena, dentro del gabinete y en el Congreso.
“Es evidente, incluso, que todos aquellos llamados a buscar el puesto del presidente –todos los suspirantes presidenciales–, hacen su lucha, juegan su juego, mueven sus piezas y tratan de derribar a los adversarios.
“Y el negro de la feria, al que todos quieren tirar, se llama Marcelo y se apellida Ebrard; es el aspirante a vencer.
“Y no sería extraño que pronto empiece la guerra contra Marcelo, de quien no pocos dicen tener parque para quemar sus naves.
“Se los dije, AMLO duerme con el enemigo”. Hasta aquí la cita.
Sí, ya empezó la guerra contra Marcelo Ebrard; una guerra que, incluso, podría sacar al Canciller de la diplomacia y lo podría llevar “al baile con la más fea” –como dice el viejo refranero popular–; es decir, a responsabilizarse de la Seguridad Pública, que es el Talón de Aquiles del gobierno de AMLO.
Por lo pronto, empezó la guerra contra Marcelo. ¡Y sí, es una guerra entre hermanos; de Morena, claro!
Al tiempo.