La posverdad judicial
La comunicación moderna puede entenderse de muchas maneras, una por ejemplo, a partir de los impactos que recibimos como consumidores, impactos visuales, auditivos, olfativos, sensoriales pues, como lo son los comerciales en radio y tele, los espectaculares en la vía pública, así como todo lo que vemos en las pantallas móviles, incluso la sensación al degustar un platillo.
Bajo esta dinámica, en días recientes recibimos una cantidad de impactos relacionados con los símbolos de poder tanto en lo nacional, como en el caso local nayarita. En cuanto al terreno federal, vimos empoderar a la ungida Claudia Sheinbaum, nombrándola la ganadora de la encuesta al interior de su fuerza política.
A la par vimos a un Marcelo Ebrard que salió a hacer público al poder de los medios de comunicación su desacuerdo con el método, aunque en realidad era con el resultado y las formas, él mismo dijo que ni en tiempos del PRI se había visto algo así. Y tiene razón, él lo conoció de cerca como priista, un buen operador hubiera asegurado la presencia del excanciller en la conferencia del anuncio, levantando la mano de la ganadora e incluso sonriendo. Pero bien dice Marcelo, son otros tiempos.
Encuesta que le dio un poder simbólico a Gerardo Fernández Noroña con el porcentaje obtenido, y le restó a Adán Augusto López con el porcentaje no obtenido, y dejó en claro que no importa el dinero que exista detrás de una campaña, cuando no se está en el ánimo social, o cuando el ánimo es adverso se notará tarde que temprano en las encuestas o en el resultado electoral.
Días después vimos el simbolismo de un bastón de mando que pasó de las manos del presidente Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum, con la foto en los terrenos del templo mayor del Centro de la Ciudad de México para darle el toque histórico, los símbolos otra vez jugando a favor del gobernante.
En lo local, vimos el poder de la Fiscalía General de la República tomar por asalto la Fiscalía Nayarita y detener a funcionarias y funcionarios estatales, al parecer por actuaciones desde tiempos del exfiscal Edgar Veytia.
Luego vimos de nueva cuenta el poder de las redes sociales en Tepic, ahora teniendo como epicentro la transmisión en vivo proveniente del perfil de Facebook de la alcaldesa capitalina Geraldine Ponce desde su domicilio particular, quien nos llevó en exclusiva la detención de su jefe de gabinete, Alejandro Galván Araiza por el supuesto delito de violencia familiar y amenazas.
Vimos en esas imágenes el poder de la Fiscalía Nayarita con un numeroso grupo de agentes armados para hacer la detención, pocas ocasiones es tan notorio, pero la ocasión lo ameritaba, era simbólica, mediática y también política (al estar involucrado un político).
Los demasiados símbolos a partir de impactos que hemos recibido en estos días no han dejado pausa a la reflexión; amigos, conocidos, colegas, compañeros ofrecen y solicitan opinión, postura, porque son momentos que se comparten como sociedad. Existe incertidumbre, temor, dudas, y pocas certezas sobre los días inmediatos.
La compleja mezcla de elementos políticos nacionales con los locales, más lo mediático que resultan, sumado a los temas legales, que se tienen que ver como lo que son tanto en la Fiscalía nayarita como con el exjefe de gabinete del gobierno de Tepic, nos dejan una resaca que tendrá su continuación en las próximos semanas.
@rvargaspasaye