Día 17. EU perdió control del mundo el 9/11 y el Capitolio 2021
OAXACA, Oax., 31 de marzo de 2019.- No tardó nada, después de la inesperada muerte de don Benito Juárez, y en cumplimiento a la Constitución de 1857, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Sebastián Lerdo de Tejada asumió el interinato de la Presidencia de la República.
Esta transición de poder, del presidente fallecido por el interino puso fin a la Revolución de la Noria.
En efecto, la que encabezó y perdió un posterior Presidente fifí, don Porfirio Díaz. Aquel Soldado de la Patria a quien no le temblaba la mano para poner orden: entre el Plan de la Noria y el Plan de Tuxtepec, don Porfirio no era fifí. Fue fifí despuesito. Y bastante.
Así la revolución de la Noria terminó abruptamente con la muerte del Patricio, por lo pronto Díaz carecía de causa.
1875
Don Sebastiansito le aprendió bastante bien a su compadre Juárez, fue electo en unas elecciones muy discutidas y controvertidas para otro periodo, 1872-1876. Y craso error, periodo que no le satisfizo del todo porque al término de 1875, se pronuncia en la intención de buscar la reelección.
Sin explicárselo bien, el Presidente editaba nuevamente los pasos que dieron lugar a la anterior revolución. Un nuevo baño de sangre espera, otra vez, a México. Al fin y al cabo, México es tierra de Volcanes.
El Plan de Tuxtepec
El inquieto don Porfirio no se espera y levanta la mano, –la derecha, era fifí—y por supuesto que se avienta un nuevo Plan. En esos ayeres, todos eran Planes. Así nace El Plan de Tuxtepec. Este desconocía a Sebastián Lerdo de Tejada, como Presidente de este sufrido México.
El Plan de Tuxtepec, era en esencia, una réplica de El Plan de la Noria, ya que en ambos la consigna primordial era la renuncia del presidente en turno.
Sufragio efectivo. No reelección
Para Ripley, el lema del Plan de Tuxtepec, era así: Sufragio efectivo. No reelección. Y si eso que dicen que se llama karma existe, el boomerang le rebotó a don Porfirio, sólo 35 años después.
Fue la consigna de don Francisco Ignacio Madero (Lo de Indalecio se lo montó Plutarco Elías Calles, por que odiaba a todo lo que oliera a clero, comía santos y…. en fin) para indicar que ningún cristiano, o ateo, podría perpetuarse en el poder: la consigna principal de Francisco I. Madero contra el héroe de Puebla.
Muchos políticos y militares secundaron a Díaz desde la proclama del Plan de Tuxtepec.
Entre muchos otros, el general Sóstenes Rocha en Guanajuato; los generales Donato Guerra y Pedro Galván en Jalisco; los generales Hermenegildo Carrillo y Juan N. Méndez en Puebla; los generales Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo; en Yucatán y Tehuantepec los coroneles Teodosio Canto y Benigno Cartas, respectivamente. Todos los sublevados reconocían a Porfirio Díaz como el jefe del movimiento.
El Llorón de Icamole
El 20 de mayo de 1876 en Icamole, Nuevo León, las fuerzas federales, ó sea, el ejército de línea, se bate en contra de los sublevados, encabezados por el Héroe del 5 de mayo. Y como a Napoleón en Waterloo, lo derrotaron estrepitosamente: el caudillo de la Revolución de Tuxtepec, Porfirio Díaz, conoce el amargo sabor de la derrota.
Díaz manifestó su desazón a sus seguidores Naranjo, Treviño y otros cabecillas que lo acompañaron en la beligerancia, reprendiéndoles en son de burla.
¿Pues no decían que los nuevoleoneses eran tan valientes…? Entonces Naranjo le contestó sin vacilar: ¿Qué cree usted que Quiroga es de Oaxaca…?
Con sátira, los refractarios de Díaz popularizaron la especie de que, al ver la funesta acción de su ejército en batalla, el General Díaz rompió en llanto; razón por la cual se le conoció como El llorón de Icamole.
Esas lágrimas le pesaron mucho a nuestro país. Mejor hubiera ganado esa batalla, sin chillar, pero se sabe que después de Icamole, se obsesionó por la silla.
El Plan de San Luis
Díaz al final derroca a Lerdo, y se convierte en el titular de la ansiada silla, esa a la que Doroteo Arango y Emiliano Zapata denostaron y le dijeron maldita. Y pues maldita maldita pero como ha dado textualmente guerra en la historia de nuestra sufrida patria.
Pasaron 35 largos años. Y un hombre pequeñito y que hablaba con los espíritus, bigotón y charrito, se aventó al ruedo con lo imposible. El señor Ignacio Madero, “Panchito” suscribió el Plan de San Luis.
Les digo, todo eran planes. Este es del 5 de octubre de 1910. Era sencillo. Convocaba a todos los mexicanos y otros tantos personajes, a levantarse en contra de don Porfirio y establecer elecciones sensatas y libres. En este documento se lee la frase, como un dogma político: Sufragio efectivo. No reeleción.
¡Viva Cristo Rey!
Y otra vez, como estafeta azteca, con el mismo ritual a Huitzilopochtli, este país se tiñó de nuevo en sangre. 35 años de guerra y la mortandad aproximada del 20 por ciento de la población del país.
Cuánta sangre corrió desde ese momento hasta las matazones de indios yaquis y mayas en Sonora y Yucatán, y como colorarío más de 20 Santos Mártires Cristeros.
El más reciente y santificado por el mismísimo Papa Francisco, apenitas, es un Santo Jovencito Mártir y Cristero.
San Joselito. Hoy San José Sánchez del Río. Torturado y asesinado el 10 de febrero de 1928 por el Gobierno Federal al exigirle que apostatara en contra de su fe.
Estas anécdotas tan mexicanas son verdaderamente terribles. Chance el Gobierno Federal también tendría que pedirle perdón al pueblo de México por las matazones que se ha echado, ¿Qué no?
Si el jaleo empieza en 1910 con el plan de San Luis, para el 10 de febrero de 1928 seguía la Guerra.
Sufragio efectivo, no reelección
Por esta razón se considera que, bajo el lema Sufragio efectivo. No reelección, Francisco Ignacio Madero da inicio a la Revolución Mexicana que comienza con el levantamiento armado del día 20 de noviembre de 1910 y la renuncia de Porfirio Díaz en 1911.
Posteriormente, Madero asumirá el poder, pero será traicionado por Victoriano Huerta, quien lo asesinará en 1913, junto a su vicepresidente, José María Pino Suárez. Y la conjura de la decena trágica. Trágica la historia de este pueblo, mexicano peleonero.
Y sigue la mata dando
En ese tenor, el Senado está por aprobar, esto ya en tiempo real, una serie de reformas que vienen de la Cámara Baja, que a la sorda parece que decretarán una especie de “consultas” que permitirán, ni más ni menos, caer en la tentación, de “consultarle” al pueblo, si veladamente nos reelegimos o no.
Esperemos en Dios o en la democracia, que como reza el Padre Nuestro: no nos dejes caer en la tentación, y líbranos de todo mal, amén.
Y Amén, porque son muchos los ríos de sangre que han corrido en este país por preservar ese dogma de fe, Sufragio efectivo. No reelección. Y cosa curiosa, todos los caudillos del viejo sistema, del ansíen régimen, (dijera el amigo viejo periodista Juan Pérez Audelo) se mordieron la tentación de reformar la Constitución para un golpazo de a reelección.
Ni Echeverría con su tercer mundo estuvo tan poco cuerdo por decir lo menos.
Hay que ver un poco de la historia para entender que aún los mexicanos de 2019 no considerarán, en una gran mayoría, jubilosa la posibilidad de una reelección. El tema no es menor y menos minúsculo, y si da para tinta también puede dar para el Hemograma: el lenguaje de la sangre.
El 16 de junio de 1911, se publica en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado, página 242, (Tomo 28) al texto dice:
Secretaría del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Oaxaca
Sección I
Circular número 34
El C. Gobernador, con fecha de ayer, tuvo a bien dictar el siguiente acuerdo:
“Sección Primera”
Junio 15 de mil novecientos once
Se deroga el acuerdo de 27 de abril de 1877 y se dispone que el lema del estado en todos los asuntos oficiales sea en lo sucesivo el siguiente:
“Sufragio efectivo. No reelección”
Comuníquese a todas las oficinas de la dependencia del gobierno, para su cumplimiento. Publíquese.
Y por disposicion del C. Gobernador, lo transcribo a vd. para su conocimiento y cumplimiento, haciéndolo circular entre las autoridades municipales de su dependencia.
Sufragio efectivo. No reelección.
Oaxaca de Juárez, junio 16 de 1911
Antonio Iturribarría, Secretario.
Para tener contexto histórico, transcribiré la cabeza del decreto siguiente:
Secretaría del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Oaxaca
Sección I
Circular núm. 35
Por decreto del Ciudadano Gobernador Interino General Brigadier Félix Díaz, que se le comunico a vd. en su oportunidad, y fue promulgado legalmente, se convocó al pueblo oaxaqueño a elección extraordinaria de Gobernador Constitucional del Estado, acto al te—
Tomo 28
Sólo para una mejor locución, el General que como Gobernador firmó la circular 34 Sufragio efectivo. No reelección. Fue Félix Díaz, el chato, victimado después por ciudadanos Juchitecos, en venganza por que le mochó las patitas o piecitos a la imagen a San Vicente Ferrer y lo dejó San Vicente Güini.
Félix era hermano de José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.
En fin, a cada quien.