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JUCHITÁN, Oax. 4 de abril de 2019.- ¿Ha probado la carne de un réptil? En esta temporada de Cuaresma, consumirlo en el Istmo es una tradición.
Los tamales de iguana son un manjar, exótico para algunos, esencial para los locales.
Y es que degustar un tamal de iguana es sumergirse en la cultura de los zapotecas del Istmo.
En Oaxaca no solo en el Istmo se consumen tamales de iguana, pero aquí la peculiaridad es que es un guiso cotidiano en las familias.
Durante la Cuaresma, en casas particulares las señoras elaboran los tamales de iguana para consumo de sus familias, aparte son quienes van a venderlo a los mercados.
El guiso es especial, lleva especies como pitiona, semilla de calabaza y tomillo. Generalmente se acompaña de mole amarillo preparado especialmente para este platillo.
Coincide también con la temporada de desove de las iguanas, por lo que algunas personas consumen los huevos. En el Foro Ecológico de Juchitán, donde se preserva esta especie, calculan que diariamente unas 500 iguanas son sacrificadas para consumo humano en esta temporada