La posverdad judicial
Ha rechazado irse de independiente y renunciar al PRI
Campeche se reconvierte: pasa del petróleo al turismo
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de junio de 2018.- José Antonio Meade ha tenido muchas tentaciones, opciones y presiones.
Las comenzó a vivir desde principios del sexenio.
Cuando Enrique Peña lo designó secretario de Relaciones Exteriores en diciembre de 2012 se sintió muy cómodo.
-Ya brinqué el río –comentó a varios de sus amigos, referencia directa a su tránsito de un gobierno panista, el de Felipe Calderón, a uno de signo tricolor.
El michoacano le dio doble escaparate en las postrimerías de su sexenio, secretario de Energía de enero a septiembre de 2011 y de Hacienda y Crédito Público de septiembre a noviembre de 2012.
De 2012 a 2015 se manejó con discreción y eficiencia.
Entonces, cuando se le hacían preguntas capciosas como el futurismo, se limitaba a una respuesta simple y sin compromiso:
-Pregúntame cuanto quieras de la cancillería. Estoy dedicado a ella.
En agosto de 2015 pasó a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y los amigos siguieron presionándolo:
-Eres presidenciable, Pepe.
Ante ellos sí aceptó:
-Pues creo que sí.
Candidato contra viento y marea
Desde ahí se preparaba.
Pero la fortuna jugó a su favor cuando Luis Videgaray abrió Los Pinos -31 de agosto de 2016- al candidato republicano Donald Trump y, entonces sí, se sintió en el ánimo presidencial para la sucesión cuando pasó a Hacienda.
A fines de 2016, con Videgaray en el ostracismo, hubo en diciembre reunión, brindis –él no bebe- y convivencia con varios amigos, entre ellos varios antecesores suyos en Hacienda, quienes de plano le soltaron:
–Pepe: tú vas a ser el candidato, pero traes una losa muy pesada, el Partido Revolucionario Institucional (PRI). ¿Por qué no te lanzas como independientes y sumas a varios partidos? Así no cargas con el desprestigio priista.
Era la oportunidad –le subrayaron- de sumar en torno suyo a partidos de todos los colores, ciudadanos todas las militancias y por supuesto de la sociedad civil.
José Antonio Meade se salió con amistosa habilidad, pero desechó la idea de dejar el gabinete y recorrer el país para fraguar su candidatura presidencial.
Fue la primera oportunidad.
Otra fue, lo sabemos hoy: los principales empresarios, con el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) como núcleo, acudieron con Enrique Peña para pedirle la declinación de Meade y sumarlo a su proyecto, el panista Ricardo Anaya.
-La candidatura de Pepe no está en duda.
Ganó con ese hecho: Peña le mandó a René Juárez Cisneros y hoy se la juega con un profesional de la política y de la elección.
Pronto sabremos el resultado.
Reconversión turística de Campeche
La crisis petrolera parecía postrar a Campeche, estado productor y monodependiente por excelencia.
En la emergencia, el gobernador Alejandro Moreno Alito ha reconvertido la economía estatal y una de las áreas es la turística.
Hoy es escala de cruceros de varias empresas –Ritz Carlton, Ponant y Victory son algunas-, no solamente como paso obligado, sino con ocupación hotelera: cuatro mil pasajeros y uso de dos mil 500 habitaciones por noche.
El incremento de visitantes está respaldado en la estadística y la economía: 26 por ciento a Calakmul de 2015 a la fecha y 23.7 por ciento en San Francisco, la capital.
El reto es extender las visitas a otros lados.
Ahora la administración de Alito se lanza a incorporar nuevos polos campechanos como Moch Couoh, Champotón, Tenabo y otros lugares con atractivos arqueológicos e históricos.