La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de julio de 2018.- Meses de tensión, de circunstancias límite que llevaron a muchos resultados -el principal es la obtención del triunfo- y que dejaron en el camino muertes, renuncias, desengaños, gasto exorbitante, palabrerío sin fin, angustia, calumnia, enfrentamientos, discordia, persecución y más, exhibieron el verdadero rostro de lo que es México.
Varias fueron las actitudes que remarcaron el carácter de los que realmente se involucraron: la defensa de un sistema, de una forma de ser y de persistir para rescatar el arquetipo que se ha delineado en muchas décadas; la propuesta de un cambio que pretende zafarse de las amarras que aún lo ligan a ese sistema; la toma de posición interesada no exenta de descaro y un sector ecléctico, soberbio, que se parapetó en la displicencia, pero que en el fondo coincidía con la primera posición.
Esto último se vio sobre todo en algunos sectores intelectuales, en comentaristas y periodistas.
Las que no se anduvieron por las ramas fueron las empresas de medios escritos y electrónicos, con apoyos evidentes a candidatos.
La vieja soga que pende sobre el periodista que se involucre en la noticia fue hecha de lado, porque está claro que en estos menesteres todo mundo está contagiado, tiene su corazoncito y se exhibe de diferentes maneras.
Fue el caso de los comunicadores que trabajan para el sistema. En el camino -que habrá de recorrerse más a fondo con los días y meses- se vieron aparte gestos de gran pulcritud, entrega verdadera a una esperanza, gran movilización ciudadana, defensa a ultranza de principios y un anhelo de que México sea diferente.
Templar a la nación, fue el sueño, cueste lo que cueste.
NIKOLAI OSTROVSKI: ASI SE TEMPLARÁ MEXICO
Los grandes escritores reflejan su vida en sus grandes obras. Se ha dicho que toda obra literaria, es una autobiografía.
En Así se templó el acero (Editorial Porrúa 2006, muchas editoriales y ediciones) Nikolai Ostrovski reflejó toda su breve vida en páginas que fueron leídas por millones en el mundo y que inspiraron películas.
Es sobre la existencia dura de un muchacho de origen campesino que se enfrenta a la iniquidad zarista desde su nacimiento y después va forjando su existencia a la par que la Rusia se despierta de su vasallaje y organiza una gran revolución.
El alter ego de Nikolai, Pavel Korchaguin, “Pavka”, se suma a esa revolución y después se integra a los primeros komsomoles que organizó el partido comunista soviético con los jóvenes rusos.
Estos organismos creados desde 1918, duraron hasta 1991 cuando fueron disueltos en la época Gorbachov, con la Perestroika.
Pero a lo largo de su vida en ellos, Ostrovski relata lo difícil de la situación que enfrentó la entonces URSS por iniciar una nueva vida y despegarse de las rémoras que afectaban con sus traiciones y sabotajes la lucha de un pueblo que quería liberarse.
El escritor va marcando, además, su propia fatalidad, ya que desde 1920 contrajo una grave enfermedad, además de que fue herido en un enfrentamiento.
Ambas circunstancias lo llevarían a la muerte a la temprana edad de 32 años. Antes, desde pasados los 20 ya padecía parálisis y con los años quedó ciego.
Pese a ello, siguió militando en los komsomoles y escribió su primera novela que fue una revelación extraordinaria, Así se templó el acero publicada en 1934 dos años antes de su muerte.
En 1935 recibió la Orden de Lenin. El temple extraordinario de este genio, su gallardía para enfrentar la enfermedad, es el símil también de su novela, como se templa un país, una comunidad y la vida de un hombre.
Ante las vicisitudes que enfrentó México en esta elección y que seguirá enfrentando en un largo proceso, quizá valga recordar una de las frases de Pavka más repetidas de este libro extraordinario:
“Toda la vida y la fuerza han sido entregados a lo más hermoso del mundo ¡a la lucha por la liberación de la humanidad!”.