¿A quién corresponde defender?
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de septiembre de 2018.- Termina el sexenio tal como lo empezó Enrique Peña Nieto en términos de comunicación política; sin embargo deja saldos pendientes en los acuerdos, con sendas deudas políticas irreconciliables, y mucho material para analizar en los siguientes años sobre su actuación en todos los sentidos.
En mi experiencia como consultor es casi una condicionante que la especialidad del gobernante es su gran debilidad en su actuación.
Enrique Peña Nieto de profesión abogado, su pasión es notoriamente el manejo de su imagen, de ahí partimos que durante su sexenio fue su talón de Aquiles de forma y de fondo.
En el fondo, la estratega política Gisela Rubach establece su teorema sobre el triángulo dorado de la comunicación política gobierno-política-difusión en la que destaco la pésima difusión de los temas más trascendentales del gobierno peñista; mientras en la forma, el estratega Mario Riorda refiere es preferible transmitir certezas que buenas noticias donde se perdió el mandatario mexicano por difundir buenas noticias desde su enfoque, no para la exigencia del humor social.
Es importante tener en contexto, que antes del 1 de diciembre de 2012 fecha del arribo de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República, se dedicó captar la atención nacional desde 2005 para engrosar las filas hacia su capital político que eventualmente lo catapultaría como candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Su carismático liderazgo brilló –mediáticamente- a partir del Estado de México sobre un priismo desanimado por la pérdida de la Silla Presidencial y hasta pulverizado por la necedad de Roberto Madrazo.
Una vez impuesta la Banda Presidencial, asume con una militancia desanimada por los errores partidistas pero ilusionados por el fenómeno peñista.
Dejará Peña Nieto el poder presidencial este 1 de diciembre de 2018 exactamente igual como llegó, con un priismo desanimado por la pérdida de la Silla Presidencial, ahora pulverizado por la necedad en las decisiones del primer priista nacional, dejando en la militancia desánimo –oootra vez- por los errores partidistas, pero ahora se le suma la desilusión del fenómeno peñista.
Irónicamente, entra Enrique Peña con un fuerte capital político avalado por la opinión pública, con lo que articula el Pacto por México teniendo como resultado el paquete de Reformas Estructurales, un hecho altamente destacado por la cantidad de acuerdos jamás alcanzados en tan corto tiempo.
Sale Peña Nieto con un baluarte democrático avalado por quienes fueron sus férreos opositores durante seis años, en el que seguramente atestiguaremos un cambio presidencial con sendos aplausos iniciados por los integrantes de MORENA.
El triunfo electoral de Enrique Peña Nieto en parte fue apuntalado por la famosa telebancada desde las cámaras, conocida así gracias al cabildeo de la Ley Televisa.
Su sexto informe de gobierno hizo gala de la producción televisiva, un formato solo visto en gobernadores y presidentes municipales.
Entonces resulta predecible que a partir de esta semana realizará giras por todo México, igual que al inicio de su mandato, como todo un rock star de la política, usando su carisma que sabe exponerlo a las masas.
¿Usted qué opina?
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@DavidDorantes