Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de abril de 2019.- Los asesinatos a mansalva en Minatitlán Veracruz, no son sino la expresión de lo que hicieron del país y de lo que siguen haciendo para impedir que haya cambios.
Los últimos hechos violentos, en cadena, ya se perciben como armados a modo, para llegar a extremos. Algo parecido al complot que se urdió durante las elecciones, en el que tomaron parte destacados personajes.
Atrás está la vieja corrupción política, las complicidades con el crimen, la insidia peligrosa de los que quieren seguir haciendo de México un país de muerte.
Morir aquí en forma violenta ha sido tan natural desde hace tiempo, que esos que se sorprenden y lo atribuyen al gobierno actual, andan fuera de foco.
Parece un país en guerra dicen voceros de la ONU y la verdad es que así es. Parte es lo planeado, lo más destructivo de esa violencia.
México quedó contaminado de tanta injusticia que ha sufrido, de tantos ataques que recibió desde la llamada colonización, de tanta inmoralidad política y religiosa que se le vino encima, que su respuesta ha sido en mala parte, violenta.
Los más de 60 millones en pobreza, la decisión de miles de mexicanos indefensos de meterse al crimen y vulnerar todas las formas humanas de convivencia, las rencillas, las conductas cotidianas de falsedades y mentiras, los ataques insidiosos en redes y medios, no son sino la expresión de un México dolido, insatisfecho, que no encuentra un asidero.
Es una infelicidad larga y perniciosa que viene de mucho tiempo atrás y que puede ser utilizada por algunos líderes poderosos, como lo sostuvo en su momento el psicoanalista Erich Fromm.
Quienes comprenden la situación y luchan por algo diferente, por salvar al país, a ellos mismos y a los suyos, exploran varios caminos, la religión, la cultura, el trabajo, la creatividad y en tiempos de elecciones, el voto para buscar nuevas forma de vida.
NO SE PUEDE CALIFICAR LA VIOLENCIA, SIN PROFUNDIZAR QUE HAY DETRÁS
Los datos que aparecen y se dan a diario de la violencia que se expresa en el país, exacerban más a la gente. No siempre el público piensa que esos actos violentos pueden estar planeados.
Algunos de esos datos se dan sin puntos de referencia, como si se quisieran soslayar datos anteriores y culpar a la actual administración de un aumento del crimen en el país, igual que lo hacen en la Ciudad de México.
Las cifras recalcadas del primer trimestre de 2019, de 7 mil 242, que se califica como el más violento, no se apoyaron en la cifra del mismo periodo de 2018, por ejemplo, que solo en tres meses arrojó 8 mil 196 muertes violentas.
Hay cierta fruición en los medios para recalcar lo más violento y desde hace semanas, los encabezados se pelean por dar a conocer el periodo más violento. Si se revisan datos anteriores de medios, El Universal publicó el 21 de mayo de 2018, un encabezado que calificaba los primeros cuatro meses del año como los más violentos.
Proceso hizo lo mismo el 23 de septiembre de ese año acerca de los primeros 8 meses y La Jornada publicó el pasado 21 de abril de este año, que el primer trimestre fue el mas violento desde 1997.
Otros medios hicieron lo mismo, en publicaciones del interior, incluso. Pero como que hay cierta urgencia y desesperación por destacar el hecho de 2019 ¿Por qué?
ERICH FROMM: LA VIOLENCIA POR PÉRDIDA DE FE Y LA VENGANZA COMPENSATORIA
Carlos Marx diría que las formas de la violencia están fincadas en las diferencias de clases, en la explotación inicua y violenta de unos cuantos, por los demás.
Las injusticias que ha dejado el neoliberalismo y que sin ir muy lejos lo vemos a diario en los miles y miles de migrantes que transitan por nuestro país, le dan la razón al teórico alemán.
Por su parte, el también alemán Erich Fromm, aborda el problema de la violencia en el segundo capítulo de su libro El corazón del hombre (Fondo de Cultura Económica 1974, muchas ediciones anteriores y posteriores) desde el aspecto psicológico. Varios tipos de condiciones a las que llega el ser humano provocan violencia, algunas menos destructivas como es la lúdica que ejercen los niños en el juego.
Fromm desarrolla mas adelante las mas terribles y destructivas formas de violencia a partir de la violencia reactiva y el encuentro con el narcisismo que vemos a diario en los perdedores de las elecciones del primero de julio, personas que tienen un alto concepto de su imagen y que al verla destruida, han perdido la fe. Todos los tipos de violencia que analiza y que han sido ampliamente debatidos a lo largo de décadas cuando él los planteó, pueden llevar a la destrucción, a la muerte y a la sed de sangre, que de alguna manera se está expresando en México.
El psicoanalista menciona la venganza compensatoria como una de las más graves, porque el que la ejerce llega a su utilización, como una forma de compensar lo que no tiene o ha perdido y lo hace de la manera más violenta, como lo estamos viendo en México. Se llega al extremo de la violencia como una forma de crear, de destruir, de matar.
Fromm recupera un párrafo de Camus: “Vivo, mato, ejercito la arrobadora capacidad de destruir, comparado con la cual, el poder de un creador es el más simple juego de niños.” Nacido en Alemania en 1900, Fromm fue psicoanalista, psicólogo social, filósofo humanista y autor de varios libros sobre su especialidad. Vivió en México los años cincuenta y parte de los sesenta. Como maestro de la Facultad de Medicina de la UNAM creó la Sección psicoanalítica. Murió en Suiza en 1980.