Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Miss Edi Toriales/Quadratín Debate
Morelia, Mich., 15 de octubre, 2016.- Sin duda, las actitudes antidemocráticas, la corrupción, la delincuencia, la crisis económica y muchos factores más han afectado a todos los sectores de la población, y el gremio periodístico no ha sido la excepción; por eso es relevante, si se cumple, la Declaración de Chapultepec, firmada este viernes por el presidente Enrique Peña Nieto, quien reiteró el compromiso del Estado mexicano con la libertad de prensa y la no agresión a los periodistas.
El asunto es que el tema del rubro periodístico no se circunscribe únicamente al gobierno, intervienen en él los propios periodistas, las empresas y en general el entorno social.
De acuerdo con la nota publicada por www.mexico.quadratin.com.mx , “durante su participación en la 72 Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, Peña Nieto señaló que los gobiernos democráticos se enfrentan al reto de mejorar su forma de interactuar y dialogar con los ciudadanos, explicar de manera convincente los avances y sumar esfuerzos para superar los desafíos de la actualidad”.
Suena muy bonito, si fuese realidad que contamos con gobiernos democráticos que se comprometan a escuchar y dar respuesta a los ciudadanos y que se explique verazmente cómo se enfrentan los desafíos sociales.
Y por el lado del gremio periodístico, hay realidades que no competen del todo al gobierno, desde los periodistas que no están comprometidos con esos principios, las empresas que no siempre responden a sus necesidades, la coerción oficial, y el más grave, que es el enfrentarse a la delincuencia.
La Declaración de Chapultepec cuenta con los principios de que no hay sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa. Su ejercicio no es una concesión de las autoridades, es un derecho inalienable. Sí, pero son múltiples los factores que inciden para que esto no se cumpla.
También dicta que el asesinato, secuestro, intimidación y la prisión injusta de periodistas, así como la destrucción de material de los medios de comunicación deben ser investigados y sancionados con severidad. Sin embargo, la impunidad prevalece en estos aspectos.
Y no se trata de que los periodistas sean tratados de una forma especial, sino que también tienen responsabilidades, tal como lo dicta la propia Declaración, en el sentido de que “Los medios de comunicación y los periodistas no deben ser objeto de discriminaciones o favores en razón de lo que escriban o digan. También, las licencias para importar papel u otorgar concesiones de radio y televisión no deben aplicarse para premiar o castigar a medios o periodistas”.
Lo ideal sería que no sólo los periodistas, sino todos los ciudadanos pudieran gozar de sus propios derechos y asumir sus responsabilidades. Esa sí sería una sociedad auténticamente equitativa y democrática.
Fuente: Quadratín Debate