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Consejo de la “caricatura”, Servil al Gobierno
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de septiembre de 2016.- Colocada entre las universidades públicas del país con menor desarrollo institucional, la UABJO parecería condenada a seguir arrastrando sus “históricos” rezagos académicos y perpetuar, con viejos y nuevos actores, sus intermitentes pugnas sindicales y políticas que a la fecha le han impedido reposicionarse como la máxima casa de estudios de la entidad.
Hoy, de nueva cuenta, estas pugnas sindicales, y las manifiestas ambiciones económicas y políticas de un cacicazgo familiar que lo mismo ha impuesto directores a modo y un rector, que fomentado el clientelismo sindical y el porrismo, han colocado a la administración del rector Eduardo Bautista ante el dilema de poner orden y rescatar la institucionalidad de la UABJO o ceder a los chantajes y presiones de los poderes fácticos representados por los sindicatos y grupos porriles.
La turbulencia que ahora se vive en las facultades de Ciencias y Enfermería es, hasta cierto punto, la continuación de los desarreglos e imposiciones incubados desde la pasada administración y cuyo referente más visible ha sido la disputa de cargas académicas y la contratación de catedráticos entre afiliados al SUMA y al STAUO.
Pese a los buenos oficios de la nueva administración, y a los reiterados intentos para buscar salidas conciliatorias, lo que ha prevalecido hasta ahora es la descalificación y, en determinados episodios del conflicto, hasta la agresión porril y el intento de desconocimiento de los directores de Ciencias y Enfermería, ambos identificados con el STAUO.
Con la toma de Ciudad Universitaria por afiliados y simpatizantes de este último sindicato el conflicto estaría escalando a una abierta confrontación política e intersindical con lo cual se estaría forzando a la rectoría, y al propio gobierno del estado, a promover negociaciones de alto nivel que permitan una pronta solución a las demandas y contrademandas que mantienen semiparalizadas las actividades académicas de estos dos planteles universitarios.
El conflicto que se ha vivido en los últimos tres meses en la UABJO rebasa la disputa sindical por el control de dos planteles de educación superior, pero no deja de ser un claro ejemplo de la fragilidad del pacto político que permitió el arribo de Eduardo Bautista a la rectoría. Tan frágil que lo que se viene observando de tres meses a la fecha es un claro intento del grupo político conocido como la Familia Real para restarle atribuciones a la rectoría y a la mayoría de los secretarios y funcionarios de la administración central para así asegurar el control de la UABJO.
Bajo ese escenario tal parece que al rector Eduardo Bautista no le quedará más que trazar un mapa de ruta para tomar decisiones de carácter legal, político y administrativo que le permitan acotar a los poderes fácticos y solucionar de fondo los problemas que hasta ahora le han impedido desarrollar su proyecto académico y presentar el Plan de Desarrollo Institucional de su administración.