Arrollan a varias personas afuera de la catedral de Guadalajara
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de febrero de 2019.- La escena no tiene guion: un hombre de capilaridad plata, con la sonrisa plena, de orgullo, sucumbe ante el abrazo de su alumno, tan estrecho que sus brazos parecían serpientes.
Él lo enseñó a diseñar y proyectar la actuación; ahora viven una historia real: son Mario Luna, su profesor, y Alfonso Cuarón, tres décadas y media después en la UNAM.
En su más reciente visita al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), ya con Roma envuelta en celofán, un Cuarón nervioso ante el escrutinio de sus maestros y otros alumnos (como lo fue él en 1982) dijo que los vínculos afectivos deben ser el punto de partida de la creación.
“Una parte de mi instinto de cineasta ya lo tenía en el CUEC; y aunque teníamos muchas carencias, era un estímulo para encontrar soluciones de otra manera”, recordó, según detalla un comunicado de la Máxima Casa de Estudios. En Sólo con tu pareja (su opera prima, 1991), mostró su falta de educación, pero esa presunta ausencia de instrucción de la que se quejó en sus inicios, fue absolutamente “una virtud”, reconoció.
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