Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de abril de 2019.- Para muchos, la esgrima entre Jorge Ramos y el presidente Obrador fue el mejor ejemplo de la batalla entre un buen periodista –independiente, audaz, crítico y bien informado–, y un presidente en total decadencia, sin más armas y argumentos que el trillado emblema del autoritarismo; tengo otros datos.
Para otros, se trató de una paliza del periodista avecindado en Miami, que lo mismo pelea con López Obrador que con presidentes como Trump y dictadores como Nicolás Maduro. Por eso, los mexicanos de esta segunda categoría llevaron a Jorge Ramos a la calidad de Héroe, por apalear a un atolondrado López Obrador.
Sin embargo, para una minoría –entre la que se encuentra el autor de este espacio–, lo que vimos en la mañanera del pasado viernes no es más que un triste espectáculo de circo, pactado entre el periodista y torpes operadores del gobierno de Obrador quienes de inmediato debieron haber sido echados de sus puestos. ¿Por qué?
Porque sin necesidad expusieron al presidente mexicano al peor de los ridículos, en cadena nacional, cundo apenas lleva cuatro meses de gestión.
¿Y por qué fue un circo el choque entre Obrador Jorge Ramos?
1.- Una premisa central del periodismo es que no hay periodismo cuando el periodista es la noticia. Y la noticia de la escaramuza del viernes fue Jorge Ramos, no lo que dijo el presidente.
2.- En rigor, vimos al presidente de siempre y al periodista de todo el tiempo. La diferencia y el contraste, en todo caso, fue el ridículo que todos los días hacen los periodistas mexicanos; timoratos, temerosos y sin talento.
3.- Además, no debemos olvidar que Jorge Ramos es un periodista de casa; de los que llamaron a votar por López Obrador y se prestaron a crear la especie de que Peña Nieto era el peor presidente y Obrador era el mejor candidato.
4.- Para los que no saben, Jorge Ramos pacta entrevistas y el respectivo cuestionario. Luego, sobre la marcha, deja el guion y hace caer al entrevistado. Eso pasó con el dictador Maduro quien, por lo mismo, abandonó la entrevista.
5.- Y si dudan que Jorge Ramos es o era un periodista de casa para López Obrador, vale recordar que el presidente nunca lo metió al saco de “la prensa fifí, como moteja a sus críticos.
6.- También debemos recordar que Jorge Ramos es empleado de Univisión, filial de Televisa en Estados Unidos. Y nadie debe olvidar que Televisa es el principal aliado del gobierno de López Obrador y que recientemente, en secreto, se reunieron el presidente Obrador y Jared Kushner –yero de Trump–, en la casa de Bernardo Gómez, el número dos de Televisa.
7.- Y aquí es donde aparece la prueba contundente de que fue un circo la participación de Ramos en la mañanera de López Obrador, del pasado viernes; circo que se salió de control para el gobierno mexicano cuando el presidente fue incapaz de sumar y restar
8.- Y es que la pregunta clave para un periodista como Jorge Ramos, no era lo que todos conocemos –el sexenio más violento–, sino que la pregunta era sobre el pacto secreto entre López Obrador y Trump en la casa del 2 de Televisa.
9.- ¿Por qué el audaz, crítico, independiente y bien informado, Jorge Ramos, no hizo la pregunta clave? ¿No es de risa loca que el periodista del momento haya olvidado la pregunta más importante para los gobiernos de México y Estados Unidos?
10.- No, que nadie se equivoque, el choque entre Jorge Ramos y el presidente Obrador no fue una confrontación espontánea entre un periodista crítico y un aprendiz de dictador. En realidad, fue un circo en donde el maromero cayó al vacío sin red de protección.
¿Hasta cuándo la torpeza de los operadores presidenciales seguirá exponiendo al presidente al escándalo público? ¿Hasta cuándo el engaño de periodistas a modo?
Al tiempo.