
El Mundial y las MiPyMEs, ¿ganar sin jugar?
Charlas con mi hija
—Mami, hoy tuve un día difícil porque limpiar la casa, cocinar, planchar y atender a Jorgito se me fue el día. Ya no sé qué es más importante: si ponerle atención a él cada vez que me lo pide o atender la casa.
—¿Qué me sugieres?
—Mira, Rosy, todo es cuestión de organizarse. Así como le dedicas tiempo a tus responsabilidades del hogar, debes dedicarle tiempo a las responsabilidades que tienes como madre, y entre ellas, las segundas son más importantes para que no te vaya a pasar lo que dice Alice Chase en su siguiente poema:
Mis manos estuvieron ocupadas todo el día.
No tuve mucho tiempo para jugar los juegos que me pediste.
No tuve mucho tiempo para dedicártelo.
Tuve que lavar ropa, coser y cocinar para comer.
Cuando me traías el álbum de fotos y me pedías que te lo mostrara para compartir contigo tu alegría, te decía:
“Más tarde, hijo”.
Todas las noches escuché tus oraciones, te apagué la luz, caminé de puntillas para no hacer ruido y te cerré suavemente la puerta.
Cómo quisiera haberme quedado un minuto más.
La vida es corta y los años pasan rápido.
El pequeño niño creció.
No por mucho tiempo permaneciste a mi lado ni me confiaste tus preciosos secretos.
El álbum de fotos ya está guardado.
Ya no hay más juegos de niños para jugar.
No hay ya el beso de las buenas noches.
No hay oraciones para escuchar.
Todo eso pertenece a los días de ayer.
Mis manos que una vez estuvieron ocupadas ahora están quietas.
Los días son largos y difíciles de llenar.
Desearía hacer marcha atrás y hacer las cosas que me pediste.
—Ay, mami, ya me pusiste a pensar. Voy a distribuir mejor mi tiempo para atenderlo a él cuando me pida atención, sin descuidar las tareas de mi casa.
Psicóloga Laura García Rosas, especialista en niños
Consultas y sugerencias
951 244 07 85
Facebook: Apoyo psicológico para todos